Dos falsos revisores del gas timan a las monjas clarisas de Villalpando y Villalobos
Los autores simularon en ambos cenobios la inspección de las instalaciones y se apoderaron, en total, de 3.700 euros
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Monjas clarisas del convento de Villalpando durante un oficio religioso.
Foto L. O. Z.
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La desconfianza de las monjas de Villanueva de Azoague evitó el robo. Comarcas
I. G. / J. A. G. / M. A. C. Las monjas clarisas de los conventos de Villalpando y de Villalobos fueron anteayer víctimas de un timo perpetrado por falsos revisores de gas que consiguieron apoderarse, en conjunto, de unos 3.700 euros. Además, en Villalobos, quedaron en volver al día siguiente para cobrar 600 euros que habían quedado pendientes. Pero nunca más se supo de ellos.
Al convento de Villalpando llamaron por teléfono hacia las 11.00 horas para anunciar que se iban a presentar a realizar la revisión, pero lo hicieron dando unas indicaciones que «llamaron la atención» de Sor Josefa Burgos porque no correspondía con Repsol de Benavente. Luego, hacia las 2.30 horas se personaron en el convento y, aunque con reticencias porque no reconocían «al chico que viene siempre hacer la revisión», les dejaron entrar.
«No sé lo que hicieron o si no hicieron nada. Pero me dieron unos papeles que ponían 2.056 euros» manifestó Sor Josefa.
« ¡Pero cómo tanto!» dije. «Es por una revisión de cinco años y entra también el desplazamiento, me dijo. Yo no caí en la cuenta de llamar a la empresa de Benavente. Uno de los obreros que estaba haciendo obra al saber el precio dijo que era un timo» señala la monja al referir el suceso.
Sor Josefa afirma que los timadores le hicieron entrega de una carpeta que pone Eurogás, de Murcia y de Cáceres, «que realmente existe en internet porque lo ha visto una hermana».
Sor Josefa señala, además, que a los autores del timo se les veía nerviosos y con toda prisa. Se reafirma en que una hermana sospechó de ellos «por la pinta», y recalcó que, «aunque sé que no voy a conseguir nada», denunció «para que se enteren y no hagan mal a otras personas». Sor Jofefa Burgos subrayó que «no deseo que pase a nadie mal, y a ellos les deseo que se enmienden y no hagan mal a nadie. Que Dios les perdone». La cantidad timada supone «el trabajo de las hermanas de unos tres meses».
Sor Encarnación, superiora del convento de Villalobos, manifestó ayer su disgusto por lo ocurrido. «Tengo un sufrimiento muy grande conmigo, pero por lo menos no nos hicieron ningún daño» expresó. Según relató, en el convento entraron dos personas, al mediodía, hacia las tres menos algo, para realizar una revisión del gas. Precisan que les parecieron españoles. «Uno nos dijo que era de Oviedo y el otro tenía un acento como extremeño o cacereño». Una vez realizadas las presumibles tareas o el paripé de revisión la superiora les hizo entrega de 1.500 euros, «pero después dijeron que había que mirar por otro lado y que eran otros 600 euros». «Pues lo siento mucho, porque yo ya no les puedo pagar. Entonces quedaron en regresar al día siguiente para cobrar esta cuantía». Sucedió que al poco tiempo recibieron el aviso de las clarisas de Villalpando para ponerlas al corriente de la presencia de los timadores. « ¡Pues a nosotras también!», contestó. Fue entonces cuando realmente se percataron de que habían sido presa de los timadores.
El alcalde de Villalobos, a quien también pusieron al corriente las monjas de lo ocurrido, señaló ayer que» fueron víctimas de timadores y embaucadores que no miran si son monjas ni nada porque van a por el dinero. Se fían de la buena voluntad».
El convento está en medio del pueblo de Villalobos, y ningún vecino sospechó de la presencia de los timadores porque, al decir de Heliodoro Calderón, «siempre hay gente porque viene el pescadero, el frutero o las visitas. Además, hizo referencia a que las monjas llevan un banco de alimentos para ayudar a la gente necesitada y siempre hay gente». Las propias clarisas tampoco se interesaron por la marcha de los falsos revisores. Si hubiéramos visto el coche entonces podríamos ayudar, afirma.
Los autores simularon en ambos cenobios la inspección de las instalaciones y se apoderaron, en total, de 3.700 euros
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Foto L. O. Z.
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Al convento de Villalpando llamaron por teléfono hacia las 11.00 horas para anunciar que se iban a presentar a realizar la revisión, pero lo hicieron dando unas indicaciones que «llamaron la atención» de Sor Josefa Burgos porque no correspondía con Repsol de Benavente. Luego, hacia las 2.30 horas se personaron en el convento y, aunque con reticencias porque no reconocían «al chico que viene siempre hacer la revisión», les dejaron entrar.
«No sé lo que hicieron o si no hicieron nada. Pero me dieron unos papeles que ponían 2.056 euros» manifestó Sor Josefa.
« ¡Pero cómo tanto!» dije. «Es por una revisión de cinco años y entra también el desplazamiento, me dijo. Yo no caí en la cuenta de llamar a la empresa de Benavente. Uno de los obreros que estaba haciendo obra al saber el precio dijo que era un timo» señala la monja al referir el suceso.
Sor Josefa afirma que los timadores le hicieron entrega de una carpeta que pone Eurogás, de Murcia y de Cáceres, «que realmente existe en internet porque lo ha visto una hermana».
Sor Josefa señala, además, que a los autores del timo se les veía nerviosos y con toda prisa. Se reafirma en que una hermana sospechó de ellos «por la pinta», y recalcó que, «aunque sé que no voy a conseguir nada», denunció «para que se enteren y no hagan mal a otras personas». Sor Jofefa Burgos subrayó que «no deseo que pase a nadie mal, y a ellos les deseo que se enmienden y no hagan mal a nadie. Que Dios les perdone». La cantidad timada supone «el trabajo de las hermanas de unos tres meses».
Sor Encarnación, superiora del convento de Villalobos, manifestó ayer su disgusto por lo ocurrido. «Tengo un sufrimiento muy grande conmigo, pero por lo menos no nos hicieron ningún daño» expresó. Según relató, en el convento entraron dos personas, al mediodía, hacia las tres menos algo, para realizar una revisión del gas. Precisan que les parecieron españoles. «Uno nos dijo que era de Oviedo y el otro tenía un acento como extremeño o cacereño». Una vez realizadas las presumibles tareas o el paripé de revisión la superiora les hizo entrega de 1.500 euros, «pero después dijeron que había que mirar por otro lado y que eran otros 600 euros». «Pues lo siento mucho, porque yo ya no les puedo pagar. Entonces quedaron en regresar al día siguiente para cobrar esta cuantía». Sucedió que al poco tiempo recibieron el aviso de las clarisas de Villalpando para ponerlas al corriente de la presencia de los timadores. « ¡Pues a nosotras también!», contestó. Fue entonces cuando realmente se percataron de que habían sido presa de los timadores.
El alcalde de Villalobos, a quien también pusieron al corriente las monjas de lo ocurrido, señaló ayer que» fueron víctimas de timadores y embaucadores que no miran si son monjas ni nada porque van a por el dinero. Se fían de la buena voluntad».
El convento está en medio del pueblo de Villalobos, y ningún vecino sospechó de la presencia de los timadores porque, al decir de Heliodoro Calderón, «siempre hay gente porque viene el pescadero, el frutero o las visitas. Además, hizo referencia a que las monjas llevan un banco de alimentos para ayudar a la gente necesitada y siempre hay gente». Las propias clarisas tampoco se interesaron por la marcha de los falsos revisores. Si hubiéramos visto el coche entonces podríamos ayudar, afirma.