La
iglesia parroquial de
Santa María Magdalena de Villarino Manzanas (perteneciente al municipio de
Figueruela de Arriba) vuelve a lucir su histórico
retablo mayor, uno de los más importantes del Arciprestazgo de Aliste e incluso de la Diócesis de
Zamora, tras la magnifica restauración realizada por la restauradora Ana Vicente. «Para nosotros es una joya y ha quedado muy bien» afirman emocionados los feligreses a la vez que agradecen la iniciativa promovida por el párroco Marcelino Gutiérrez, «es un sacerdote que se preocupa mucho por todo, por nosotros y por la iglesia, estamos muy contentos y agradecidos, gracias a él y a su labor se ha podido hacer».
Se trata de un retablo con pintura y
escultura de bulto redondo y en relieve. La técnica utilizada ha sido la de talla, policromía y dorado, utilizándose como materiales la madera y el
pan de oro. La obra de
arte alistana, de tipología retablo-mixto, tiene 462 centímetros de altura, por 385 de ancho. Su ubicación se localiza en el testero del presbiterio, donde se ha colocado ahora una iluminación acorde para que los devotos, muchos, los curiosos y los estudiosos e historiadores puedan disfrutar de todo su esplendor y analizarlo con todo detalles.
Los trabajos han tenido un coste económico de 17.516 euros, de los cuales la mayor parte, 13.140, se han cofinanciado gracias a las aportaciones realizadas por Caja
España. Los restantes 4.376 han sido aportados por la propia
parroquia, que así mismo puso los 841 euros empleados para arreglar y pintar la pared donde va la obra restaurada.
Estamos ante un magnífico retablo de principios del siglo XVII (se cree que fue realizado hacia el 1600), de la
Escuela de
Castilla y León, aunque se desconoce cual es su autor original. El libro de cuentas de la parroquia de Santa María Magdalena de Villarino Manzanas, de 1600 a 1620, conservado en el Archivo Histórico Diocesano de Zamora, nos si nos descubre cual fue el pintor original, Juan Alvarez de Escobar, al reflejarse en él pagos por pintar el Retablo Mayor. En el libro de cuentas de 1623 a 1628 se reflejan nuevos pagos, en este caso al pinto Cristóbal de la Talaya, por pintar las
puertas del Retablo Mayor. Ya en la visita de 1628 se ordenó el mandato para acabar de pintar el retablo a Mateo Sanz, un vecino de la cercana y rayana localidad alistana de
Moldones.
El remate del
altar mayor no se haría hasta 196 años después. Fue en 1832 cuando se abonaron 15 reales a Matías Rodríguez, un maestro carpintero, vecino de Sejas de Aliste, por el resplandor para el remate del Retablo Mayor. Ese mismo año se abonaron 90 reales al pintor Miguel Gutiérrez por el dorado de dicho resplandor, y cinco reales por el porte del remate del altar mayor desde
Nuez. Antiguamente los transportes entre vendedor y comprador se partían a la mitad. De ahí se entiende que el carpintero de Sejas lo llevó por Trabazos hasta Nuez y el trayecto final a Villarino lo hizo la propia parroquia contratándoselo al vecino de Moldones.
La penúltima restauración, de la que se tiene constancia fue realizada en el año 1947 a devoción de los feligreses José Pérez Genicio y su esposa, ejecutada por los hermanos Fernández Garrote, de Trabazos. En este caso, parece ser, las mejoras nunca fueron del agrado de los vecinos de Villarino Manzanas.
La actual iglesia de Santa María Magdalena fue construida en 1794 con lo cual quiere decir que el retablo mayor,
fuente de continuas visitas a lo largo del año, es casi doscientos años más antiguo y procede del templo original del
pueblo.