Probablemente fue inicialmente mandado construir por Fernando I a mediados del siglo XI en su política reconquistadora a los musulmanes.
Se asienta sobre la parte más alta del cerro y se adapta perfectamente a su irregular terreno.
El
Castillo presenta una planta romboidal con tres
torres de gran espesor, dos de ellas pentagonales y una tercera heptagonal. Todo rodeado por un profundo foso.