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ZAMORA: JOSÉ MARÍA SADIA Pese al secretismo con el que la fundación...

JOSÉ MARÍA SADIA Pese al secretismo con el que la fundación Las Edades del Hombre gestiona la compilación de fondos para su próxima exposición «Passio» -prevista para mayo-, el presidente de la Cofradía del Vía Crucis, Pedro García, reveló en la asamblea de la Junta Pro Semana Santa la solicitud de dos de las obras del llamado «Vía crucis del arte zamorano». Los responsables de aquel proyecto que ahora cumple veinte años apuestan por rescatar las pinturas y poemas que componen una particular visión de la Vía Dolorosa a través de los artistas locales.

La obra conjunta puede observarse en las escaleras del edificio de la Junta Pro Semana Santa, aunque los responsables de «Las Edades» se han fijado en dos de las obras. La primera es la VI Estación, compuesta por un poema de Jesús Hilario Tundidor y una pintura de Antonio Pedrero. La segunda es la siguiente estación, la séptima, con los versos firmados por Miguel Gamazo y un dibujo de Fernando Pennetier.

La idea de reunir a catorce artistas plásticos y a otros tantos escritores surgió con motivo del cincuentenario del Vía Crucis. El por entonces secretario de la cofradía, Luis Felipe Delgado, quedó impactado por una obra que había visto en Santander. «Era un Vía Crucis Montañés, me pareció precioso y me pregunté por qué no intentábamos hacer uno zamoranos con la cantidad de buenos artistas que teníamos en la tierra», recuerda Delgado, quien aplaude la decisión de «Las Edades» aunque echa en falta que «vayan todas».

En marzo de 1991, la cofradía inauguró en la Casa de Cultura una muestra pensada para «itinerar por todo el país». Luis Felipe Delgado recuerda que los dos años sucesivos «la llevamos a Salamanca y Medina de Rioseco, pero dejé de ser secretario de la cofradía y la exposición dejó de moverse». Entonces, la Junta Pro Semana Santa decidió colocar las pinturas y los poemas en las escaleras del edificio.

«Es una colección muy bonita y poco conocida», reconoce Antonio Pedrero, autor de una de las dos pinturas que pretende la fundación. Aquel encargo lo resolvió Pedrero pintando a la Magdalena como «una mujer palestina, que podría ser incluso de Aliste y un paño con la faz de Cristo impresa en negativo», con un resultado «muy de la tierra». Aquello supuso un ejercicio de «generosidad» por parte de los artistas, que colaboraron con la causa de forma desinteresada. Tanto Pedrero como Delgado de Castro reconocen que el interés de «Las Edades» por estas piezas podría servir para «ofrecer a todo el país la colección», un conjunto de poemas y pinturas que pone la firma zamorana a la representación del Camino de la Cruz.