. «El hecho cultural que existe en el contrabando rayano debe conservarse» y debe «trabajarse por conseguir su declaración como bien inmaterial o bien conseguir algún tipo de protección cultural por parte de las administraciones», defendió ayer Juan Daniel Cruz-Sagredo García, autor del estudio «Contrabandistas somos y en el descamino nos encontraremos», presentado en el salón de actos del Museo Etnográfico. «La designación debe partir de la voluntad política», añadió.
La investigación analiza las teorías del contrabando y dedica especial atención a la figura que operaba en la Raya. «El contrabandistas rayano lo hacía por supervivencia y se puede decir que trataba de aprovechar la oportunidad de hacer fortuna», atestigua el estudioso que durante más de dos años y medio ha ahondado en esta temática. Este volumen «es un homenaje a los contrabandistas de Zamora, Salamanca y otras comunidades que limitan con Portugal, la frontera más antigua de Europa», subrayó Juan Daniel Cruz-Sagredo.
El autor también alude a los oficios vinculados a este «mercado silvestre» como los pasadores de gentes, los cuatreros, los vinateros y destiladores clandestinos «profesiones unidas a los Arribes» o los maquis sin pasar por alto las brujas, las prostitutas, los arrieros, las parteras o los buhoneros.
Si los últimos productos pasados de manera ilegal eran tabaco o café, centurias antes lo fueron «las bestias de carga y armas» cuando litigaban España y Portugal. A este respecto Cruz-Sagredo ha localizado una anotación del siglo XIII en el Archivo de Simancas donde «consta que los militares que estaban en la frontera» traficaban.
«Es un libro que aporta datos muy cercanos para muchos que trabajamos y vivimos en la zona de la Raya», indicó el director del Museo Etnográfico, Carlos Piñel, en tanto que la jefe de Servicio de Acción Exterior de la Junta de Castilla y León, Pilar Martín Méndez, precisó que el contrabando «está en nuestro propio ADN y podíamos pensar que con el mercado único desaparecía para ser historietas contadas a la luz de la lumbre, sin embargo sigue existiendo pero ha mudado de naturaleza, pues se ha pasado del café a la falsificación de marcas de lujo», dijo.
De «Contrabandistas somos y en el descamino nos encontraremos», editado por el Gabinete de Iniciativas Transfronterizas de la Junta de Castilla y León, logró el accésit del premio a la Creatividad «Arte en la Frontera» de la primera edición de Premios a la Excelencia Transfronteriza del Programa Operativo de Cooperación España-Portugal. De este estudio se han editado 750 ejemplares que serán distribuidas en bibliotecas de la región y en centro culturales donde la temática tiene interé
La investigación analiza las teorías del contrabando y dedica especial atención a la figura que operaba en la Raya. «El contrabandistas rayano lo hacía por supervivencia y se puede decir que trataba de aprovechar la oportunidad de hacer fortuna», atestigua el estudioso que durante más de dos años y medio ha ahondado en esta temática. Este volumen «es un homenaje a los contrabandistas de Zamora, Salamanca y otras comunidades que limitan con Portugal, la frontera más antigua de Europa», subrayó Juan Daniel Cruz-Sagredo.
El autor también alude a los oficios vinculados a este «mercado silvestre» como los pasadores de gentes, los cuatreros, los vinateros y destiladores clandestinos «profesiones unidas a los Arribes» o los maquis sin pasar por alto las brujas, las prostitutas, los arrieros, las parteras o los buhoneros.
Si los últimos productos pasados de manera ilegal eran tabaco o café, centurias antes lo fueron «las bestias de carga y armas» cuando litigaban España y Portugal. A este respecto Cruz-Sagredo ha localizado una anotación del siglo XIII en el Archivo de Simancas donde «consta que los militares que estaban en la frontera» traficaban.
«Es un libro que aporta datos muy cercanos para muchos que trabajamos y vivimos en la zona de la Raya», indicó el director del Museo Etnográfico, Carlos Piñel, en tanto que la jefe de Servicio de Acción Exterior de la Junta de Castilla y León, Pilar Martín Méndez, precisó que el contrabando «está en nuestro propio ADN y podíamos pensar que con el mercado único desaparecía para ser historietas contadas a la luz de la lumbre, sin embargo sigue existiendo pero ha mudado de naturaleza, pues se ha pasado del café a la falsificación de marcas de lujo», dijo.
De «Contrabandistas somos y en el descamino nos encontraremos», editado por el Gabinete de Iniciativas Transfronterizas de la Junta de Castilla y León, logró el accésit del premio a la Creatividad «Arte en la Frontera» de la primera edición de Premios a la Excelencia Transfronteriza del Programa Operativo de Cooperación España-Portugal. De este estudio se han editado 750 ejemplares que serán distribuidas en bibliotecas de la región y en centro culturales donde la temática tiene interé