que tiempos aquellos cuando existía la peseta, BADALONA

En 1.865 se creó la Unión Monetaria Latina con la participación de Francia, Suiza, Italia y Bélgica, además de España, para unificar las características de sus sistemas monetarios.

GOBIERNO PROVISIONAL
La economía española de mediados del siglo XIX continuaba padeciendo los males endémicos consuetudinarios. En España, nunca se hizo una revolución que alterara las estructuras agrarias, tal como la acontecida en Francia a partir de 1789, y, por tanto, continuaba siendo un país eminentemente agrícola con una abrumadora mayoría de población campesina y un régimen latifundista, que se mantuvo intacto pese a los esfuerzos de Mendizábal para alterar la situación, mediante las desamortizaciones. La consolidación de la aristocracia y la alta burguesía como grandes propietarios determinó la aparición de un proletariado rural que, sin derechos ni recursos, constituyó la base de las revueltas campesinas que se produjeron desde mediada la centuria. De igual modo, el artesanado tendió hacia la proletarización al desaparecer los gremios y comenzar el proceso de industrialización.
Avanzada la década de los sesentas se presentó una grave crisis agrícola en medio de un proceso expansivo de todos los sectores económicos, que fue frenado, además, por las convulsiones de los sectores financiero y comercial. El descontento del proletariado era compartido por los ahorradores que veían disminuir el valor de sus depósitos, por los banqueros que se sentían amenazados por la quiebra, por los comerciantes e industriales que intuían la inminente paralización de sus negocios y por los propietarios que veían depreciados sus bienes raíces. Estos factores fueron determinantes para el estallido revolucionario de la Gloriosa (1868).
La situación económica al estallar la revolución era muy precaria. El ministro de Hacienda del Gobierno Provisional, Laureano Figuerola, denunció el déficit de la Hacienda Pública y la tendencia a incrementarse por la elevación de los gastos tras el triunfo revolucionario, haciendo la situación cada vez más difícil. Para él, la causa principal del estado de la economía eran los obstáculos que, durante el período isabelino, habían puesto la política proteccionista al desarrollo industrial y comercial. Al objeto de resolver la situación, Figuerola tomó dos medidas que consideró imprescindibles:
Decretar la reforma del sistema monetario poniendo orden en la caótica circulación de la moneda.
Marcar como objetivo la nivelación del presupuesto de forma gradual eliminando todos los tributos que supusieran una dificultad para la libertad del comercio y libre circulación de mercancías. Para ello recurrió al crédito exterior, con el resultado de elevar la deuda externa de forma cuantiosa.

La reforma del sistema monetario español declaraba una nueva moneda como base del mismo, naciendo así oficialmente la Peseta. (Decreto Figuerola, Ministro de Hacienda, 19-10-1868)
La moneda adoptó la normativa del sistema métrico decimal y se dividía en cien céntimos fijándose su valor en 0,290 gramos de oro fino.
Se acuñaron piezas de 10, 5, 2 y 1 céntimos. La moneda de 50 céntimos de 1.868 se llamó media peseta o dos reales y la de cinco pesetas, un duro, denominaciones que perduraron hasta su desaparición. Las monedas de 10 y 5 céntimos pronto recibieron la denominación popular de perra gorda y perra chica debido a que el grabador de la Casa de la Moneda, Luis Plañiol, dibujó para el reverso un león que representaba alegóricamente el Imperio Español, pero éste se encontraba ya casi extinguido y el pueblo hablaba despectivamente de la figura diciendo que más que un león parecía una perra. Por extensión, continuaron denominándose así las monedas de aluminio de igual valor acuñadas durante la dictadura de Franco.
La primera emisión de las nuevas monedas realizada por el Gobierno Provisional no llevaba la inscripción España. Rápidamente se subsanó la omisión, pero ya había monedas circulando con la inscripción Gobierno Provisional.