¿Cómo, qué ya no te acuerdas moza recia? ¡Pero si pasaba hace poco! Los muchachos, dejábamos la escuela apenas teníamos algo de fuerza en los brazos para empuñar herramientas. No es que nuestros padres quisieran que no estudiáramos no, lo que pasaba es que lo poco que podíamos aportar hacia falta en casa. Los de mi quinta e incluso de las anteriores lo teníamos claro. Siempre mirábamos al Norte. Los tres Pirineos, Francia, Alemania, Suiza, también las costas y los madriles. ¡Qué tiempos tía! Aprendimos geografía física a base trenes carretas y de gastar alpargatas.
Recuerdo que una noche en Atocha, porque entonces había que hacer noche allí si ibas de una parte de las Españas a otra, tanto si subías como si bajabas, que entré en discusión con un mozalvete avispado que, observando a nuestro grupo; porque íbamos en grupo muchas veces, se nos presentó diciendo que era de Plasencia, si no recuerdo mal y, poco a poco, me iba colocando el rollo largo que tenía como meta llegar a una apuesta que, lógicamente iba a perder yo. Incluso nos presentó a otros compinches suyos que también decían que eran de aquella parte de las Extremaduras y que le seguían la madeja con la que pretendía enredarme; pero ¡ay!, se les jodió el invento porque, uno de los nuestros, un poco más mayor, analfabeto pero más listo que el hambre, se percató del negocio y cortó por lo sano, o sea, repartiendo unas cuantas hostias que tuvieron la virtud de despejar el campo como por ensalmo. Ni que decir tiene que me sumé al reparto con sumo gusto, pues, me habían usado de pardillo cebo.
Al rato llegó una pareja de grises y nos explicaron en qué consistía la treta. Y es que en la capital siempre ha habido mucho listo emboscado. Como ahora.
Luego, pasaron los años y tal; hasta que adopté mi gorro con cascabelitos y el traje de mil colores. Así he amerizado en tu fuente mocita y te estoy contando esta batallita a pesar de lo que diga el Friki garrulín ese que anda por el ciberespacio ensuciando cuanto toca. Y es, porque, como te decía antes, entonces teníamos claro esto de los cardinales, vamos, que estábamos orientados aunque no supiéramos de la misa la mitad. También había muchas misas antes, pero al parecer, siempre llegábamos tarde los mismos al reparto de la carne. Será por eso que dejamos de ir.
Ahora, veo a tanto muchacho y muchacha con poco más o menos aquella edad, y no sé bien si se han enterado ya por donde queda Bruselas. Fíjate, con lo necesario que les va a ser saberlo. El caso es que me dicen que no irán a votar el domingo porque este rollo de los políticos les aburre. ¡Toma y a mi! Pero es el punto geográfico desde el que se van a tomar (se están tomando) la mayoría de las decisiones que les afectan y les afectaran. Así que ellos mismos, ya aprenderán a base de palos y comprenderán el significado de ese otro cuento macabeo al que llamamos historia.
¡Ah! Perdonen los friquis de verdad.
Ahora me voy un rato a la sierra de Monsalud, a ver si me aireo un poco y de paso, encuentro el Norte de nuevo. Hasta luego.
Salud
Recuerdo que una noche en Atocha, porque entonces había que hacer noche allí si ibas de una parte de las Españas a otra, tanto si subías como si bajabas, que entré en discusión con un mozalvete avispado que, observando a nuestro grupo; porque íbamos en grupo muchas veces, se nos presentó diciendo que era de Plasencia, si no recuerdo mal y, poco a poco, me iba colocando el rollo largo que tenía como meta llegar a una apuesta que, lógicamente iba a perder yo. Incluso nos presentó a otros compinches suyos que también decían que eran de aquella parte de las Extremaduras y que le seguían la madeja con la que pretendía enredarme; pero ¡ay!, se les jodió el invento porque, uno de los nuestros, un poco más mayor, analfabeto pero más listo que el hambre, se percató del negocio y cortó por lo sano, o sea, repartiendo unas cuantas hostias que tuvieron la virtud de despejar el campo como por ensalmo. Ni que decir tiene que me sumé al reparto con sumo gusto, pues, me habían usado de pardillo cebo.
Al rato llegó una pareja de grises y nos explicaron en qué consistía la treta. Y es que en la capital siempre ha habido mucho listo emboscado. Como ahora.
Luego, pasaron los años y tal; hasta que adopté mi gorro con cascabelitos y el traje de mil colores. Así he amerizado en tu fuente mocita y te estoy contando esta batallita a pesar de lo que diga el Friki garrulín ese que anda por el ciberespacio ensuciando cuanto toca. Y es, porque, como te decía antes, entonces teníamos claro esto de los cardinales, vamos, que estábamos orientados aunque no supiéramos de la misa la mitad. También había muchas misas antes, pero al parecer, siempre llegábamos tarde los mismos al reparto de la carne. Será por eso que dejamos de ir.
Ahora, veo a tanto muchacho y muchacha con poco más o menos aquella edad, y no sé bien si se han enterado ya por donde queda Bruselas. Fíjate, con lo necesario que les va a ser saberlo. El caso es que me dicen que no irán a votar el domingo porque este rollo de los políticos les aburre. ¡Toma y a mi! Pero es el punto geográfico desde el que se van a tomar (se están tomando) la mayoría de las decisiones que les afectan y les afectaran. Así que ellos mismos, ya aprenderán a base de palos y comprenderán el significado de ese otro cuento macabeo al que llamamos historia.
¡Ah! Perdonen los friquis de verdad.
Ahora me voy un rato a la sierra de Monsalud, a ver si me aireo un poco y de paso, encuentro el Norte de nuevo. Hasta luego.
Salud
