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“Si al hombre fuera dado
hundir su vista en la caverna oscura
que tragó su pasado,
desde allí, por ventura
logrará ver la eternidad futura.”
JOSE SOMOZA MUÑOZ
(1781-1852)
Mecachis en la mar salá, mocita, alguien de la abulense Piedrahita, nos ha puesto en los madriles a los dos sobre las cuerdas. Así, con estos sabios versos que escribió una vez no hace tanto tiempo, un paisano suyo liberal hasta la médula.
Luchó por la libertad con el verbo y con sus actos, y no pudo vencer a las fuerzas oscuras, que le aplastaron bajo la suela de sus brillantes zapatos. Fue perseguido por El Felón y sus amigos, encadenado y encerrado en el humedal de una mazmorra por un cura tramontano con pistolas de apellido Merino. Pero escribió, y fueron echadas a las llamas sus ideas que hoy están tan vivas otra vez entre nosotros.
Fue un precursor, un hombre quizá demasiado nuevo para aquellos días tan aciagos bien provistos de humanas rutinas miserables.
Gracias Piedrahiteño o piedrahitense, por señalarnos un apunte tan certero.
Como él, mozuela, más o menos de su quinta, tenemos también nosotros otro, D. José SEGUNDO FLORES, otro olvidado, que espero que algún día sea como tú, “reflotado”, pues también bebió más de una vez el agua que salía de tus caños a borbotones.
Hoy, no sé, estamos instalados en el carpe diem, la superficial pachanga, entretanto, el músculo duerme y la ambición trabaja.
Tenemos otra vez en marcha con todas sus piezas renovadas para ser más eficaz, la máquina que arrolla todo atisbo de esperanza, curia y patronal capital, con sus nuevos templos de acero y de cristal a los que llaman bancos, y banqueros a los oficiantes.
No sirve de mucho el que se haya cumplido este mes el centenario de aquellos hechos que convirtieron a la ciudad de los condes-reyes en la ciudad de las bombas y un hervidero cuyo fuego fue alimentado con la yesca de los cuerpos momificados.
Nadie piensa en el porqué de aquél estallido de barbarie y violencia, nadie parece darse cuenta, que no se puede vivir eternamente exprimiendo a una de las dos Españas.
Quizá por eso, un tal Ferrer, hombre de paja, haciendo gala de la soez socarronería característica de los que creen que tienen la sartén por el mango, exhibe orgulloso y prepotente, lo que él cree un gran triunfo, pobrete, ¿no habrá pensado que tan estúpida intransigencia puede destapar la caja de Pandora?
Si hoy es el presente y el futuro es mañana, será mejor echarle una ojeada a nuestro pasado, pues de el venimos, pero hacia el futuro vamos y entre todos, con más inteligencia y menos soberbia, debemos fabricarlo.
Salud.
“Si al hombre fuera dado
hundir su vista en la caverna oscura
que tragó su pasado,
desde allí, por ventura
logrará ver la eternidad futura.”
JOSE SOMOZA MUÑOZ
(1781-1852)
Mecachis en la mar salá, mocita, alguien de la abulense Piedrahita, nos ha puesto en los madriles a los dos sobre las cuerdas. Así, con estos sabios versos que escribió una vez no hace tanto tiempo, un paisano suyo liberal hasta la médula.
Luchó por la libertad con el verbo y con sus actos, y no pudo vencer a las fuerzas oscuras, que le aplastaron bajo la suela de sus brillantes zapatos. Fue perseguido por El Felón y sus amigos, encadenado y encerrado en el humedal de una mazmorra por un cura tramontano con pistolas de apellido Merino. Pero escribió, y fueron echadas a las llamas sus ideas que hoy están tan vivas otra vez entre nosotros.
Fue un precursor, un hombre quizá demasiado nuevo para aquellos días tan aciagos bien provistos de humanas rutinas miserables.
Gracias Piedrahiteño o piedrahitense, por señalarnos un apunte tan certero.
Como él, mozuela, más o menos de su quinta, tenemos también nosotros otro, D. José SEGUNDO FLORES, otro olvidado, que espero que algún día sea como tú, “reflotado”, pues también bebió más de una vez el agua que salía de tus caños a borbotones.
Hoy, no sé, estamos instalados en el carpe diem, la superficial pachanga, entretanto, el músculo duerme y la ambición trabaja.
Tenemos otra vez en marcha con todas sus piezas renovadas para ser más eficaz, la máquina que arrolla todo atisbo de esperanza, curia y patronal capital, con sus nuevos templos de acero y de cristal a los que llaman bancos, y banqueros a los oficiantes.
No sirve de mucho el que se haya cumplido este mes el centenario de aquellos hechos que convirtieron a la ciudad de los condes-reyes en la ciudad de las bombas y un hervidero cuyo fuego fue alimentado con la yesca de los cuerpos momificados.
Nadie piensa en el porqué de aquél estallido de barbarie y violencia, nadie parece darse cuenta, que no se puede vivir eternamente exprimiendo a una de las dos Españas.
Quizá por eso, un tal Ferrer, hombre de paja, haciendo gala de la soez socarronería característica de los que creen que tienen la sartén por el mango, exhibe orgulloso y prepotente, lo que él cree un gran triunfo, pobrete, ¿no habrá pensado que tan estúpida intransigencia puede destapar la caja de Pandora?
Si hoy es el presente y el futuro es mañana, será mejor echarle una ojeada a nuestro pasado, pues de el venimos, pero hacia el futuro vamos y entre todos, con más inteligencia y menos soberbia, debemos fabricarlo.
Salud.
