Soledad, ya te llevaste tres otoños.
Ya dibujaste sobre las nubes cada
amanecer.
Hoy te traigo mis sabanas frías,
el sonido del sol que se acompaña de agonía.
Te traigo un yigüirro herido,
Que me canta todas las mañanas.
Mis poemas de Neruda empolvados,
hace 730 días que no los utilizo.
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