El origen del municipio de
Cervelló lo encontramos en el
castillo de Cervelló, que vigilaba el
camino que iba de Ordal a Vilafranca del Penedés. Todo esto está documentado a principios del siglo X, cuando el castillo aún pertenecía al conde de
Barcelona. Este castillo dió lugar al linaje nobiliario de los Cervelló, que durante muchos siglos fueron propietarios del castillo y de las tierras que lo rodeaban. Lo que dió lugar a un municipio disperso, formado por masías y
caseríos aislados dentro del término municipal.
A partir del siglo XVI, el poder feudal de los señores empieza a menguar a medida que los municipios, con el apoyo del rey o del Consejo de Ciento barcelonés, fueron aumentando su importancia.
En 1714, la derrota catalana en la Guerra de Sucesión marca el final de una época. La destrucción del castillo por orden de Felipe V fue una de las primeras consecuencias.
Es a partir de la segunda mitad del Siglo XVIII, con la construcción por Carlos III de la
carretera de Barcelona a
Valencia, cuando se forma el núcleo agrupado de Cervelló, que hasta ese momento había sido un
pueblo rural, dedicado básicamente a una
agricultura carente de recursos y casi sin actividad industrial, salvo alguna cantera y algunos
molinos harineros o papeleros.
Es a partir de la construcción de la carretera cuando se inicia el proceso de industrialización de Cervelló, basado especialmente en la industría del vidrio, impulsada por Joaquim Mensa y Prats a partir de 1855 y que gozó de gran prosperidad.
De su
historia más reciente destaca el nacimiento, el 19 de enero de 1899, de Josep Tarradellas i Joan, el primer presidente de la Generalitat de
Cataluña tras la restauración de la democracia. Sus restos descansan en el panteón familiar del
cementerio de Cervelló, junto con sus padres, esposa e hija. Cada año, coincidiendo con la fecha de su muerte, el 10 de junio, el
Ayuntamiento le rinde
homenaje con una ofrenda floral a la
rambla, que lleva su nombre, con la participación de partidos políticos, entidades y asociaciones sociales, culturales y deportivas de la localidad y de toda Cataluña.
En el municipio han tenido residencia personajes destacados del panorama
artístico y cultural catalán, como Frederic Soler Pitarra, Anselm Clavé y Lola Anglada. El gran comediógrafo y uno de los impulsores del
teatro catalán del siglo XIX, Frederic Soler Pitarra, vivió en la masía que continúa llevando su nombre y escribió un poema basado en un hecho real ocurrido en la masía de Can Pi, "La pubilleta"