Unos de los raros "communitorium" que han sobrevivido en
Cataluña. El pequeño
edificio está orientado a los cuatro puntos cardinales, hay cuatro
ventanas y dos
pilas de
agua bendita situadas en diagonal. El sacerdore conjuraba desde allí los males que afligían los entornos, como la sequía,
granizo o brujería y imploraba a Dios una buena cosecha y salud para los feligreses.