A través del follaje perenne
Que oír deja rumores extraños,
Y entre un
mar de ondulante verdura,
Amorosa mansión de los pájaros,
Desde mis
ventanas veo
El templo que quise tanto.
El templo que tanto quise...
Pues no sé decir ya si le quiero,
Que en el rudo vaivén que sin tregua
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