¿Para qué quereis el interés de la gente? Uno de los mayores encantos de este pueblo es la tranquilidad, el silencio, la autenticidad de sus calles como, precisamente, pueblo que es. No necesita nada más, ni centros comerciales, ni salas multicines, ni otras modalidades de consumo masivo psicológico, como el que se come Barcelona, ni más coches ni sus tradicionales atascos, ni humos ni el estrés contagioso de las multitudes... Si se pide interés público, para atraerlo el ayuntamiento terminará por transformar La LLagosta en otro espectáculo turístico, como el que Barcelona es desde hace mucho tiempo ya. Yo también soy de la opinión que convida a todas esas gentes a compartir el encanto de un pueblo, pero se muy bien lo que acaba sucediendo con un espacio cuando comienza a alimentarse de popularidad y capitalismo: que termina destruyendo toda su historia y su cultura, cambiándola por algo más tentador para turistas y rentable para sus alcaldes. El día que los túneles del metro devoren las entrañas de La LLagosta y los cimientos de enormes edificios recubran los horizontes que ahora son montaña -cableada, pero montaña al fin y al cabo- ese día vuestro cariño quedará en un lejano recuerdo de lo que había sido un pueblo tranquilo y auténtico.
Mònica, 20 años.
Barcelona (Carcelona).
Mònica, 20 años.
Barcelona (Carcelona).