MIRAMBELL

Habitantes: 34  Altitud: 688 m. 
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Situación:

Mirambel es un municipio de la provincia de Teruel, en la comarca del Maestrazgo. Está declarado Conjunto Histórico-Artístico y es Premio Europa Nostra por su cuidada restauración. Guarda todas sus murallas, en las que destacan las torres circulares y sus cinco portales, sobresaliendo el de las monjas, al lado del convento que fundara Felipe II, y que posee aires mudéjares gracias a sus celosías.
Tiene un área de 45,47 km².
Hoy la villa está poco habitada y han desaparecido las principales familias. La época de mayor vida y movimiento hay que buscarla en el siglo XVI.

Ayuntamiento:

Forma parte del municipio de Calonge de Segarra.

Monumentos:

- CONVENTO DE LAS MONJAS AGUSTINAS. Se pierde en la oscuridad de los tiempos la fundación de la antigua ermita de Santa Catalina Mártir. Se sabe que en 1342 se dio permiso para reconstruir una ermita extramuros de la villa. En 1413 el Justiciable Bayle y otros habían incurrido en excomunión por haber derribado la ermita para la construcción de una parte de las murallas, por los Templarios. En abril, de 1564 la villa cedió en usufructo la nueva ermita para fundar el convento de las religiosas Agustinas. En 1789 la villa cedió el dominio directo de la ermita. El 15 de abril de 1564 tomó posesión su fundadora, procedente de Valencia. Con el tiempo se hizo célebre y rico este convento. La fama del convento de Mirambel pronto dio sus resultados y hubo necesidad de que saliesen fundadoras para diferentes puntos de España. Morella fue la segunda en imitarla. A la fundación del de Morella le sucedieron el de Rubielos en 1625 y el de San Mateo en 1630.
En 1647 salieron de Mirambel fundadoras para el convento de la misma orden en Zaragoza. Dicho convento fue destruido por el sitio de los franceses y se reedificó su iglesia en 1831. La iglesia de Santa Catalina Mártir es de regulares dimensiones y de hermosa construcción, estando adicionada al convento y casa que fueron el antiguo hospital. El altar mayor de la iglesia obedece al orden salomónico. Existen otros retablos góticos y gastadas inscripciones. En el patio o huerto del convento estaba enclavada una de las torres redondas que fortificaban y resguardaban la villa. Se mandó derribar en 1892, sin respetar las inscripciones árabes que tenía.

- LA IGLESIA PARROQUIAL. La antigüedad de esta villa se hace patente por la referencia a sus iglesias en la carta puebla. El Rey Jaime II concede autorización para allegar recursos a su reparación en 1308. El 12 de septiembre de 1679 encontramos un acuerdo de sus vecinos para fabricar la nueva planta. En 1836, los carlistas prendieron fuego a la Iglesia Parroquial.
Después del incendio quedaron en pie las paredes de la Iglesia y la torre, que fueron utilizadas para la reconstrucción. El arquitecto que se encargó de la obra de reparación, fue Salvador Minero de Valencia, España, con el que la Junta convino concederle la dirección por la cantidad de 4.000 reales.

- MURALLAS. Las fuertes murallas de piedra que rodean totalmente la villa, en parte están ocultas por las casas adosadas a las mismas, pero quedan visibles, no sólo en algunos trechos, sino sobre todo en toda la parte norte, que dan prestancia, recordando las fortalezas de los tiempos antiguos. Parte de las mismas fueron construidas por los Caballeros Templarios y las terminaron los Sanjuanistas. Existían al menos cinco fuertes torres; quedan, más o menos completas, dos, redondas por la parte norte, formando un conjunto de sólida construcción. Se componía la villa en aquella fecha de la parte baja de la población y calles inmediatas a la Iglesia, agregándose más tarde, la calle Mayor.

- CASA CONSISTORIAL. Bello y hermoso palacio consistorial que fue terminado en 1615. Sus esbeltos y atrevidos arcos de sillería, sus ventanales, su trinquete, los rafeles o aleros de sus tejados, su espaciosa sala, indican una época de gusto y de grandeza. Sus bajos sirvieron antiguamente de cárcel preventiva, y en su sala principal, se han representado funciones. Figura en su fachada el escudo de la villa tallado en piedra. Es un edificio notable por su bella y severa arquitectura.

- EL HOSPITAL. El más antiguo que se recuerda y está consignado, estaba fuera de la villa; pero lo cierto es que otro antiguo hospital estaba junto a la iglesia de Santa Catalina. El 1 de abril de 1564 la villa cedió en usufructo este hospital y la iglesia de Santa Catalina a las Religiosas Agustinas Ermitañas para fundar su Convento. Durante la gran epidemia que reinó en la villa en el año 1648, se utilizó para hospital una casa de los Castellotes, de la que aún quedan restos cerca de San Roque.

Historia:

Se pierde en la oscuridad de los tiempos la fundación de esta villa, habiendo pertenecido al dominio de diferentes señores, que la disfrutaron y gozaron de sus rentas.
En el año 1169, Alfonso II reconquista toda la frontera Sarracena, subiendo por Alcañiz, Maella, Castellote, Mirambel, Cantavieja y el Val de Xarque que está en los confines de los Edetanos e Ilergaones.
En la era de 1233, que es año del Señor 1195, el rey Alfonso de Aragón, hizo donación a Gastón, Maestre de la religión de Sant Redemptor, de un lugar, que era Cantavieja y seis más, para que formase una Bailía independiente del Convento establecido en Teruel. Con esto se promovió un gran cisma, que ocasionó muchos disgustos a Teruel, dando lugar a la separación de muchas aldeas que llegaron a ejercer la jurisdicción civil y criminal.
A Alfonso II de Aragón sucedió su hijo Pedro II, que confirmó la donación a la orden del Temple. En la posesión de las tres Bailías de Cantavieja, Castellote y Aliaga sucedió a los Templarios la Orden de San Juan.
A Mirambel le fue concedido el mismo Fuero Libre de Zaragoza por el Rey Alfonso, en el año 1157.
En la guerra de la Independencia, nombrado capitán general D. Joaquín Blake, intenta y consigue desalojar a los franceses de Alcañiz.
Los franceses se llevaron una gran partida de trigo que existía en el granero de la Bailía, dinero y buen número de cabezas de ganado.
Y después de la rendición de Morella, el 22 de octubre de 1813, desparecieron por completo los franceses en el Bajo Aragón, hasta la salida de las tropas francesas de España en mayo de 1814.
En la Primera Guerra Carlista, a principios de 1835, aparecieron las primeras partidas carlistas en la provincia de Teruel.
En octubre de 1836, el general Evaristo San Miguel, puso sitio a Cantavieja y secundado por Nogueras la rinde y pasa a cuchillo a su guarnición.
El día 24 de febrero de 1837 fue aciago para Mirambel, porque la guarnición de Cantavieja regresaba de Morella y al llegar a Todolella fueron hostilizados por los carlistas. Los soldados de la Reina se defendieron en retirada hasta llegar a Mirambel, recogiéndose en la Iglesia desde donde se defendieron. Esa noche, el Serrador mandó prender fuego quedando el templo reducido a un montón de escombros.
El cabecilla carlista Cabañero y Aznar recuperó Cantavieja el 25 de abril y ya desde dicha fecha fue dominada, al igual que Morella, hasta la terminación de la guerra en todo el Maestrazgo.
En 1837 organiza Cabrera la fundición de cañones en Cantavieja y levanta otra fábrica de pólvora y fundición de fusilería en Mirambel.
El 11 de febrero de 1838, descansaron en Mirambel de paso a Cantavieja los prisioneros de la acción de Herrera, que quedaron con vida en Beceite. La retirada de D. Carlos desde las puertas de Madrid hace entender a Cabrera lo inútil e ineficaz de su causa. Los movimientos del ejército constitucional provocan que no quede en Mirambel más que una brigada de Artillería carlista.
En abril de 1839, el general Ayerbe toma a los carlistas Villarluergo y Tronchón y el 9 de dicho mes bate a todas las fuerzas fortificadas dentro de los muros de Mirambel. En mayo Cabrera visita nuevamente Mirambel y Cantavieja, pero se desespera al saber la fuga de D. Carlos a Francia. No obstante Cabrera no abandona estos pueblos y cuando se aproxima el Duque de la Victoria con un ejército de 80.000 hombres y 6.000 caballos, reúne en Mirambel a sus generales, donde imprime y publica su célebre proclama.
En 1840, el general O'Donnell toma Cantavieja, Mirambel y la Cuba. El 26 de marzo toma Espartero Morella, Castellote, Segura y Horcajo, expulsando a Cabrera a Cataluña.
En la Segunda Guerra Carlista, a primeros de agosto de 1872, aparecieron en Mirambel las primeras fuerzas carlistas. Se presentaron con trabucos, cuchillos y pistolas y pidieron al alcalde armas y dinero. No les siguió ningún hijo de la villa. Pocos días tardaron en presentarse otras partidas por toda la provincia, a la vez que dos pequeñas columnas del ejército liberal. Declarada oficialmente la guerra a últimos de 1872 en Aragón, se levantaron muchas partidas que fracasaron en los comienzos de la campaña. Marco de Bello fue el que dio el grito oficial en Aragón. Se sucedían las fuerzas carlistas con las liberales con mucha frecuencia. Aunque los generales Despujol y Martínez Campos, recorrían constantemente la provincia, no lograron que Mirambel fuese visitada y molestada por ligeras partidas.
El 6 de julio de 1873 aparecieron por Mirambel nuevas fuerzas carlistas y el 9 de julio llegaron al pueblo sus cabecillas. El 27 de agosto de 1873 fueron sorprendidos los carlistas en Cantavieja, cayendo prisionera una guarnición compuesta por 750 hombres. En esa fecha el Gobierno mandó concentrar muchas fuerzas, apoderándose de Cantavieja, Mosqueruela, Mirambel, Tronchón y La Cuba, reuniéndose veinticuatro mil hombres mandados por los generales Jovellar, Despujol y Martínez Campos, que obligaron a la terminación de la guerra.

Turismo:

Tras los muros, el conjunto de Mirambel nos sorprende con sus elegantes casas construidas gracias al auge que dio el comercio de la lana durante los siglos XV al XVIII. De todo el patrimonio de la villa hay que destacar las casas Zurita, Pastor, Aliaga, Castellot y el Ayuntamiento.