Se pierde en la oscuridad de los tiempos la fundación de esta villa, habiendo pertenecido al dominio de diferentes señores, que la disfrutaron y gozaron de sus rentas.
En el año 1169, Alfonso II reconquista toda la frontera Sarracena, subiendo por Alcañiz, Maella, Castellote, Mirambel, Cantavieja y el Val de Xarque que está en los confines de los Edetanos e Ilergaones.
En
la era de 1233, que es año del Señor 1195, el rey Alfonso de
Aragón, hizo donación a Gastón, Maestre de la religión de Sant Redemptor, de un lugar, que era Cantavieja y seis más, para que formase una Bailía independiente del
Convento establecido en
Teruel. Con esto se promovió un gran cisma, que ocasionó muchos disgustos a Teruel, dando lugar a la separación de muchas aldeas que llegaron a ejercer la jurisdicción civil y criminal.
A Alfonso II de Aragón sucedió su hijo Pedro II, que confirmó la donación a la orden del Temple. En la posesión de las tres Bailías de Cantavieja, Castellote y Aliaga sucedió a los Templarios la Orden de
San Juan.
A Mirambel le fue concedido el mismo Fuero Libre de
Zaragoza por el Rey Alfonso, en el año 1157.
En la guerra de la Independencia, nombrado capitán general D. Joaquín Blake, intenta y consigue desalojar a los franceses de Alcañiz.
Los franceses se llevaron una gran partida de trigo que existía en el
granero de la Bailía, dinero y buen número de cabezas de
ganado.
Y después de la rendición de Morella, el 22 de octubre de 1813, desparecieron por completo los franceses en el Bajo Aragón, hasta la salida de las tropas francesas de
España en mayo de 1814.
En la Primera Guerra Carlista, a principios de 1835, aparecieron las primeras partidas carlistas en la provincia de Teruel.
En octubre de 1836, el general Evaristo San Miguel, puso sitio a Cantavieja y secundado por Nogueras la rinde y pasa a cuchillo a su guarnición.
El día 24 de febrero de 1837 fue aciago para Mirambel, porque la guarnición de Cantavieja regresaba de Morella y al llegar a Todolella fueron hostilizados por los carlistas. Los soldados de la Reina se defendieron en retirada hasta llegar a Mirambel, recogiéndose en la
Iglesia desde donde se defendieron. Esa
noche, el Serrador mandó prender fuego quedando el templo reducido a un montón de escombros.
El cabecilla carlista Cabañero y Aznar recuperó Cantavieja el 25 de abril y ya desde dicha fecha fue dominada, al igual que Morella, hasta la terminación de la guerra en todo el Maestrazgo.
En 1837 organiza
Cabrera la fundición de cañones en Cantavieja y levanta otra
fábrica de pólvora y fundición de fusilería en Mirambel.
El 11 de febrero de 1838, descansaron en Mirambel de paso a Cantavieja los prisioneros de la acción de Herrera, que quedaron con vida en Beceite. La retirada de D. Carlos desde las
puertas de
Madrid hace entender a Cabrera lo inútil e ineficaz de su causa. Los movimientos del
ejército constitucional provocan que no quede en Mirambel más que una brigada de Artillería carlista.
En abril de 1839, el general Ayerbe toma a los carlistas Villarluergo y Tronchón y el 9 de dicho mes bate a todas las fuerzas fortificadas dentro de los muros de Mirambel. En mayo Cabrera visita nuevamente Mirambel y Cantavieja, pero se desespera al saber la fuga de D. Carlos a
Francia. No obstante Cabrera no abandona estos
pueblos y cuando se aproxima el Duque de la Victoria con un ejército de 80.000 hombres y 6.000
caballos, reúne en Mirambel a sus generales, donde imprime y publica su célebre proclama.
En 1840, el general O'Donnell toma Cantavieja, Mirambel y la
Cuba. El 26 de marzo toma Espartero Morella, Castellote, Segura y Horcajo, expulsando a Cabrera a
Cataluña.
En la Segunda Guerra Carlista, a primeros de agosto de 1872, aparecieron en Mirambel las primeras fuerzas carlistas. Se presentaron con trabucos, cuchillos y pistolas y pidieron al alcalde armas y dinero. No les siguió ningún hijo de la villa. Pocos días tardaron en presentarse otras partidas por toda la provincia, a la vez que dos pequeñas
columnas del ejército liberal. Declarada oficialmente la guerra a últimos de 1872 en Aragón, se levantaron muchas partidas que fracasaron en los comienzos de la campaña. Marco de Bello fue el que dio el grito oficial en Aragón. Se sucedían las fuerzas carlistas con las liberales con mucha frecuencia. Aunque los generales Despujol y Martínez
Campos, recorrían constantemente la provincia, no lograron que Mirambel fuese visitada y molestada por ligeras partidas.
El 6 de julio de 1873 aparecieron por Mirambel nuevas fuerzas carlistas y el 9 de julio llegaron al
pueblo sus cabecillas. El 27 de agosto de 1873 fueron sorprendidos los carlistas en Cantavieja, cayendo prisionera una guarnición compuesta por 750 hombres. En esa fecha el Gobierno mandó concentrar muchas fuerzas, apoderándose de Cantavieja, Mosqueruela, Mirambel, Tronchón y La Cuba, reuniéndose veinticuatro mil hombres mandados por los generales Jovellar, Despujol y Martínez Campos, que obligaron a la terminación de la guerra.