Escultura realizada el 2003 por el artista colombiano Duván López, afincado en
Besalú. El origen de la obra se sitúa en unas conversaciones de paz en
Colombia, pero la
reunión finalizó con una silla vacía, porque alguien no tuvo la voluntad de hablar sobre paz. La obra crea una ilusión óptica pues no tiene cuatro patas, en referencia a que la paz la hemos de construir entre todos, que somos la cuarta pata. La escultura se encuentra en el margen del
río Fluvià.