En el año 1980 visité este
castillo semiabandonado gracias a los guardas, una
familia granadina, que por mediacion de un familiar destinado en el cuartel de la guardia civil de
Cantallops tubieron la cortesia de mostrarnos los encantos que encerraba, recuerdo una bañera de marmol y la
capilla de granito, una autentica joya ademas de unas viandas y un vinillo tinto que servian en una especie de cantina que regentaban cerca del castillo que estaba de muerte... J. Carmona