El día 3 de abril del año 1912, Francesc Bonada Parés que ejercía de
médico en la villa de
Ripoll, compró a Jaume Campmajó un terreno de unos 488 metros cuadrados, en el paraje de la Roqueta tocando la
calle Progreso de Ripoll, por el precio de 1.500 pesetas.
El 8 de julio de ese mismo año, presentó una instancia al
Ayuntamiento de Ripoll, solicitando permiso para construir una
casa en este terreno. El 7 de agosto del Ayuntamiento de Ripoll le autorizó a empezar la obra en el plazo de seis meses, con las condiciones acostumbradas.
Entonces encargó los planos de la nueva casa al conocido arquitecto Joan Rubió Bellver, discípulo y colaborador de Antoni Gaudí, que elaboró el proyecto de la casa modernista con
fachada de
piedra, conocida hoy como "Can Bonada" de Ripoll. Este arquitecto, también hizo otras obras en Ripoll y comarca, destacando la
ermita modernista de
San Miguel de la Roqueta, ubicada en la calle Industria, justo detrás de Can Bonada. En la actualidad, estas construcciones tienen la consideración de
edificios singulares y forman parte del patrimonio arquitectónico y urbanístico de Ripoll.
Un año más tarde, una vez terminadas las obras, la
familia se trasladó a vivir al nuevo hogar. En la revista " El Pirineu Català" del 14 de junio de 1913, aparecía la siguiente nota: (traducción al castellano) "Nuestro querido
amigo, el reputado médico Don Francisco Bonada, ha pasado con su Familia a ocupar la suntuosa casa que se ha hecho construir en la calle del Progreso. Agradecemos la galantería que ha tenido de ofrecernos su nuevo domicilio ".
Actualmente en la casa Bonada de Ripoll, vive Francesc Bonada Tarrés, médico dermatólogo y heredero de la decimoquinta generación.