Cuando conocí este
pueblo a mediados de los 90, casi todas las
casas estaban abiertas, dormí en la
plaza sobre la hierva en varias ocasiones, solo se llegaba por una senda y el cabrero y su
familia eran los únicos vecinos. En un par de casas los calendarios en la pared eran de 1966. Hace unos años llegó la
carretera y se cerraron las casas. En el 22 se está recuperando alguna.