Descripción tipológica Según el proyecto y el informe del arquitecto, Isidre Puig Boada, la nueva
iglesia tenía que construir de ladrillo visto, de planta basilical, con tres naves y crucero, con un
ábside profundo que reforzara la solemnidad del culto y permitiera un avantpresbiteri para las autoridades e invitados a las solemnidades patronales. A el interior, la cubierta sería plana y con un artesonado que permitiera unas buenas condiciones acústicas. Adjunta se proyectaba la
capilla del Santísimo Sacramento y confesionarios, mientras el baptisterio se haría en el exterior y con entrada independiente desde el gran porche de entrada al templo, si bien también tendría comunicación directa con su interior. La rectoría, también proyectada por Puig, tenía la planta baja destinada únicamente los asuntos parroquiales, con despachos, archivos, salas de
reunión y catequesis y se comunicaría con las dos sacristías, una que hacía de depósito almacén y la otra que servía para guardar las vestiduras sacerdotales y ornamentos. El proyecto también preveía un finalmente irealitzat
claustro, que debía unir la rectoría, espacio de catequesis, capilla del Santísimo, baptisterio y iglesia, lo que permitiría el tráfico procesional por el interior del templo. Dos grandes
ventanales debían iluminar el presbiterio con una intensidad superior a la del resto del espacio. El
altar mayor se había proyectado bajo un cimborrio baldaquín, mientras en las paredes frontales del crucero se habían previsto dos
altares Además, para las necesidades complementarias del culto. No se preveía, en cambio, la existencia de más altares en las naves laterales -donde por otra parte tampoco se habían proyectado
capillas diferenciadas-, sino que se debían disponer imágenes de
santos sostenidas por una peana y ubicadas bajo cada uno de los ventanales laterales. La resolución final del interior remite también a las basílicas renacentistas del Quattrocento, que el arquitecto Josep Danés ya había puesto de manifiesto en la barcelonesa iglesia de Nuestra Señora de la Bonanova (1942-1955) y que recuerda los modelos de la
arquitectura de Brunelleschi, siempre con el referente, pero, de las basílicas paleocristianas que tanto determinaron la arquitectura
medieval y del primer Renacimiento en
Italia. Así, las tres naves están separadas por
columnas con
capiteles decorados con motivos vegetales, que sustentan
arcos de
arco de medio punto, por encima de las que se abren los ventanales que dan luz natural a la nave. Las naves laterales, de menor altura, también están cubiertas por un techo plano y artesonado y las imágenes se disponen en
hornacinas de
poca profundidad, situadas bajo los óculos circulares, que iluminan más tenuemente estos espacios laterales. Y es que, en definitiva, la iglesia de
Mollerussa es considerada la expresión máxima de la sugestión italiana dentro de la arquitectura religiosa del siglo XX y se concreta en la inspiración paleocristiana y medieval, tanto por la presencia de las tres naves en el perfil tripartito de la
fachada como en el porche de entrada -de cinco arcos en este caso- y el baptisterio y el
campanario independientes, como en las grandes
catedrales italianas de época medieval -piso, Florencia... El baptisterio es de planta y cubierta octogonal, con aberturas elípticas; el campanario recuerda tanto el campanile de la basílica veneciana de
San Marcos como las también conocidas "
Torres venecianas" de la actual avenida de María Cristina, en
Barcelona, construidas con motivo de la
Exposición Universal de 1929 y que imitan, al su vez, el campanario veneciano. Fachada y campanario están decorados, de la misma manera, con lesenes que copian la decoración del llamado
románico lombardo.
Noticias históricas La antigua iglesia parroquial de Mollerussa fue construida en su mayor parte durante el siglo XVII -con un interior
gótico y una
portada dovellada-, y el campanario de
torre cuadrada fue realizado en el siglo XVIII. A finales del siglo XIX, 1897, se realizó una importante reforma y ampliación, se ensanchó el crucero, se reformó la fachada y se construyó un nuevo altar mayor de reminiscencias bizantinas. Esta iglesia había sido derrumbada con el fin de destinar el solar a
plaza pública, y sólo había quedado en pie una pequeña parte, sin poder atender las necesidades de culto de la población. Según un informe de 1941 del entonces rector, Ramon Viladrich, la parte de la iglesia que había quedado pie había sido utilizada como
mercado público. Isidre Puig Boada, como arquitecto diocesano, presenta un proyecto de construcción de la nueva iglesia, prevista en otro lugar (en el otro lado de
carretera) de donde se encontraba la iglesia vieja. En el expediente de reconstrucción, el arquitecto informa de un acuerdo con el
ayuntamiento de la ciudad con el fin de rectificar el trazado de la carretera que pasaba entre la
casa consistorial y los restos de la iglesia parroquial, por lo que el ayuntamiento adquiría el solar y el resto de
edificio de la
parroquia, y cedía a esta un solar grande y contiguo al actual casa consistorial. Este acuerdo tardío años, pero, a materializarse, y los restos de la iglesia vieja no fueron definitivamente en
ruinas hasta el año 1957, si bien las obras de la iglesia nueva habían comenzado en 1949 y se inauguró en 1952. Para su construcción se contó con la mano de obra de prisioneros de guerra