El otro trencilla que arbitró, en LA TROBADA DEL
FÚTBOL BASE, fue Antonio Gutiérrez. Perteneció al
colegio de árbitros de
Tarragona, teniendo una hoja de srevicios muy aceptable. Fue también observador del colegio. Ahora ya jubilado ha contribuido a poner su grano de arena, ayudando al fútbol base.
A Pablo y Antonio
felicidades. Sin colegiados no existirían partidos de fútbol, por lo tanto son
piedras angulares a la hora de que podamos ver un encuentro.
Tantas veces puestos en tela de juicio, debemos admitir y comprender que, ellos en décimas de segundo tienen que tomar decisiones. Nosotros las vemos desde varios ángulos y tardamos en dar un veredicto.
Si los aficionados supieran valorar a estos hombres y no se dejaran influenciar por los sentimientos de sus hijos o equipo, mejor iría todo.
ENHORABUENA: PABLO Y ANTONIO
RODRÍGUEZ PEÑA