La Biblia (del original Biblios) es una compilación de lo que en un principio eran documentos separados (llamados "libros"), escritos primero en hebreo durante un dilatado periodo de tiempo y después reunidos para formar la Biblia judía (Tanaj, el Antiguo Testamento) y luego el Nuevo Testamento. Ambos testamentos forman la Biblia cristiana. En sí la Biblia fue escrita a lo largo de aproximadamente 1000 años (900 adC - 100 dC). Los textos más antiguos se encuentran en el libro de jueces ("canto de Deborah") y en las denominadas fuentes "E" y "J" del Pentatéuco, que son datadas en la época de los dos reinos (siglos por a VIII adC). El libro completo más antiguo, el de Oseas es también de la misma época.
La Biblia cristiana hebrea que conocemos hoy fue ensamblada por primera vez en el Concilio de Hipona en el año 393 de nuestra era. Dicho canon de 73 libros (46 pertenecientes al llamado Antiguo Testamento, incluyendo 7 libros llamados actualmente deuterocanónicos que no son reconocidos por el canon judío-Tobias, Judit, 1y2 Macabeos, Sabiduría, Siracida y Baruc-, ni valorados igual que los canónicos por el protestantismo, y 27 al Nuevo Testamento) fue confirmado en el Concilio de Cartago en el año 397 y nuevamente confirmado por decreto en la cuarta sesión del Concilio de Trento del 8 de abril de 1546 (este último válido sólo para los católicos romanos).
El Nuevo Testamento fue escrito en lengua griega koinē. En él se cita con frecuencia al Antiguo Testamento de la versión de los Setenta, traducción al griego del Antiguo Testamento realizada en Alejandría en el siglo III adC.
La Biblia es para los creyentes un mensaje inspirado por el llamado Espíritu Santo sobre la historia de la humanidad, su creación, su caída en el pecado y su salvación, que expone cómo el Dios creador se ha relacionado, se relaciona y se relacionará con el ser humano. De igual forma, la Biblia expone los atributos y el carácter de Dios.
El Antiguo Testamento narra principalmente la historia de los hebreos; el Nuevo Testamento la vida, muerte y resurrección de Jesús, su mensaje y la historia de los primeros cristianos.
La Biblia es una fuente de creencia religiosa y doctrina. En el siglo XVI las iglesias de la Reforma comenzarón a experimentar un alto desgaste en discusiones filosóficas y a separarse unos de otros; para menguar este problema se definió el principio llamado "sola escritura", que significa que solamente la Biblia puede ser considerada fuente de doctrina cristiana. Esta divergencia entre cristianos se amplió al definir la Iglesia Católica Romana la infalibilidad del Papa, es decir, su supuesta autoridad absoluta en doctrina cristiana por ser considerado por la Iglesia como el sucesor y único heredero de San Pedro, a quien Jesús habría entregado las "llaves del Reino". El rabínico considera como fuente de doctrina el Talmud, mientras los Caraítas defienden desde el siglo VIII el Tanaj como única fuente de fe.
[editar] Estructura
La palabra "biblia" significa ‘biblioteca’ (en griego βιβλια, biblia, plural de biblion, "papiro para escribir" y también "libro") Un libro de la Biblia es un grupo establecido de escrituras. Por ejemplo, el libro de Salmos (en hebreo Tehilim o ‘Canciones de alabanza’) tiene 150 canciones (151 en la versión de los Setenta), mientras que el libro de Judas es una carta de media página.
La Biblia hebrea (El Tanaj) está dividida en tres secciones: los cinco libros de Moisés (la Ley o Torá), los libros escritos por los profetas hebreos (los Profetas o Nevi'im) y unos libros que no entran en las dos categorías anteriores (las Escrituras o Ketuvim); éstos son conocidos como hagiógrafa o simplemente «las Escrituras».
La Biblia judía fue escrita predominantemente en hebreo, pero tiene algunas pequeñas partes que fueron escritas en arameo. En la Biblia cristiana, la Biblia hebrea es llamada Antiguo Testamento, para distinguirla del Nuevo Testamento, que es la parte que narra la vida de Jesús y su predicación, entre otras cosas. El Nuevo Testamento está dividido en los cuatro Evangelios, Historia (Hechos de los Apóstoles), las Cartas a iglesias cristianas por Pablo y otros apóstoles, y el Apocalipsis.
Biblia de GutenbergLas Biblias cristianas contienen la totalidad del Tanaj (ahora llamado el Antiguo Testamento), junto con un grupo de Escrituras posteriores conocidas como el Nuevo Testamento. Dentro del cristianismo, no hay acuerdo completo sobre el número exacto de libros que debe tener (con igual reconocimiento) el Antiguo Testamento, es decir, sobre su canon. Hasta el siglo XVI se mantuvo en Occidente la traducción latina de San Jerónimo conocida como "la Vulgata" (proveniente del latín vulgar) que incorporaba tanto el canon judío como aquellos escritos que él denominó apócrifos. Con la Reforma Protestante, Martín Lutero cuestionó la necesidad de mantener los libros apócrifos junto a los canónicos y los agrupó como un apéndice edificante al final de su traducción al alemán de la Biblia. La Iglesia Católica Romana confirmó, sin embargo, el canon de la Biblia de los Setenta y de la Vulgata en el Concilio de Trento (1545-1563), reconociendo más claramente la canonicidad de algunos apócrifos cuestionados por Lutero, que desde ese mismo siglo comenzaron a ser llamados "Deuterocanónicos" (Sixto de Siena introdujo el concepto). Las iglesias orientales también reconocen plena canonicidad a los deuterocanónicos, agregando también otros libros que se encuentran en códices antiguos, como 3 y 4 Macabeos y la Oración de Manasés. La iglesia etíope acepta asimismo el Libro de Henoc como canónico. No hay ninguna disputa en cuanto al resto de los libros, y todos los grupos cristianos tienen los mismos libros en el Nuevo Testamento de la Biblia.
[editar] Cánones bíblicos
Un canon es el conjunto de libros que integran la Biblia según una religión concreta, que los considera así "divinamente inspirados" y los distingue de otros textos que no se consideran revelados. Estas diferencias entre las distintas ramas del cristianismo se dan únicamente para el Antiguo Testamento, ya que todas las Biblias tienen el mismo número de libros en el Nuevo Testamento.
El primer canon es el Pentateuco, el cual se compone de los libros del Génesis, éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio y contiene la "Ley de Moisés", que es el conjunto de los 613 preceptos del Judaísmo.
Dentro del Judaísmo surge disputa sobre el canon correcto. Un grupo religioso, los saduceos, sostiene que solamente conforma el canon de las Escrituras el Pentateuco, mientras que otros grupos también consideran las Escrituras de los Nevi'im (Profetas) y la Hagiógrapha (libros históricos y didácticos). Después de la destrucción de Jerusalén en el año 70 dC, el grupo judío predominante fue el de los fariseos, que sí considera al canon como conformado por la Ley, los Profetas y las Escrituras. Así, a finales del siglo y dC el Judaísmo estableció en Yamnia (Yavne) como canon de sus libros sagrados aquellos que cumplieran tres requisitos: que hubiera una copia del libro en cuestión que se supiera que fue escrito antes del año 300 adC (cuando la helenización llegó a Palestina, con los problemas culturales y religiosos subsecuentes, y que pueden leerse en libros como los de los Macabeos o el de Daniel), que dicha copia estuviera escrita en hebreo o cuando menos arameo (no griego, la lengua y cultura invasora) y que tuviera un mensaje considerado como inspirado o dirigido al pueblo de Dios (con lo que también algunos libros que cumplían las dos características anteriores tuvieron que salir del canon).
En tiempos de Jesús de Nazaret es dominante la segunda opinión, la cual es sostenida y transmitida por muchos cristianos hasta tiempos de la Reforma con la controversia de los Libros Deuterocanónicos (ver «Estructura», up supra). Esta controversia probablemente se originó precisamente por el hecho de que el Judaísmo había establecido su canon a fines del siglo y dC, con lo que para ellos ya no estaban presentes aquellos textos que sólo se encontrarían en griego (en la versión de la Biblia judía de los Setenta). Estos libros fueron precisamente los que se considerarían, posteriormente, Deuterocanónicos.
La versión judía de la Biblia consta de 22 libros, con ciertas diferencias respecto a las Biblias cristianas. Algunas de ellas son:
Los nombres de varios libros: éxodo para el original Shemot («Nombres»); Levítico para Vaikrá («Y llamó»).
La subdivisión en tres secciones: Torá (la Ley, el Pentateuco); Nevi'im, los Profetas Anteriores (Josué, Jueces, Samuel y Reyes) y Posteriores (Isaías, Jeremías, Ezequiel y los 12 profetas menores); y Ketuvim, los Escritos (Salmos, Proverbios, Daniel y los demás libros).
Actualmente, los libros que no son considerados canónicos por los protestantes, reciben el nombre de "libros apócrifos"; a su vez, esos mismos libros suelen ser denominados pseudoepigrafos, habitualmente se respeta también el nombre de "deuterocanónicos" (literalmente, "del segundo canon"). No obstante, algunas corrientes protestantes más fundamentalistas insisten en conservar el nombre de apócrifos para los libros deuterocanónicos.
Así pues, la Biblia de católicos y protestantes consta de 73 escritos. Sin embargo, como los protestantes consideran que 7 de ellos solo son "lectura edificante" pero no canónica, suelen imprimir Biblias con solo 66 libros, lo que ha dado origen a la idea de que existe una "Biblia protestante". Las versiones Ortodoxas, por su parte, pueden incluir 77 o 78 (4 Macabeos son a veces incluidos en un apéndice, a veces no). Además, la Iglesia Copta incluye como canónico en el Antiguo Testamento el Libro de Enoc, que no incluye ninguna de las otras corrientes cristianas ni el judaísmo.
[editar] Conservación e Integridad de la Biblia
No obstante las objeciones teológicas, la Biblia no ha sido conservada íntegra al pasar de los siglos[cita requerida]. Dados factores como traducciones de un idioma a otro, copiado de manuscritos, opiniones divergentes en dogmas y/o destrucción deliberada, la Biblia no ha llegado como un volumen completo. El hallazgo de los rollos del mar muerto ha mostrado que en gran parte esto sucedió antes del siglo 1 de nuestra era, ya que los textos encontrados allí y los conocidos hasta entonces sólo presentan cambios menores.
[editar] Libros Perdidos de la Biblia
Es evidente en el texto de la Biblia moderna que se han perdido muchos registros que, en su época original, fueron considerados parte de la biblioteca sagrada hebrea o cristiana. Dichos libros son llamados "libros perdidos" o "libros ausentes". De la mayoría de ellos no ha sido encontrada copia alguna, por lo que su contenido total es desconocido, otros son citados fragmentariamente por los escritores bíblicos, pero no se dispone en la actualidad del texto íntegro. En muchos casos, como sucede con el libro "la Oración del Rey Manasés", el fenómeno de ausencia causó que se generara una pseudographia muy posterior a la época en que le libro fue originalmente escrito.
[editar] Libros Perdidos Mencionados por Nombre
El Libro del Pacto (éxodo 24:7)
El Libro de los Hechos de Salomón (1 Reyes 11:41)
El Libro de Crónicas de Samuel Vidente (1 Crónicas 29:29)
El Libro del Profeta Natán (1 Crónicas 29:29, 2 Crónicas 9:29)
Las Crónicas de Gad Vidente (1 Crónicas 29:29)
La Profecía de Ahías Silonita (2 Crónicas 9:29)
El Libro del Profeta Iddo (2 Crónicas 9:29)
El Libro del Profeta Semaías ((2 Crónicas 12:15)
Un "registro de familias" (2 Crónicas 12:15)
"Las palabras de Jehú hijo de Hanani, del cual se hace mención en el libro de los reyes de Israel" (2 Crónicas 20:34)
Una epístola de Pablo a la congregación en Corinto, escrita antes que la actual 1 Corintios (1 Corintios 5:9)
Una epístola de Pablo a la congregación en éfeso, escrita antes que la actual Efesios (Efesios 3:3)
Una epístola de Pablo a la congregación de Laodicea, mencionada a la congregación en Colosos (Colosenses 4:16)
Primra de juan 5:7 que dice que tres son los que dan testimonio en el cielo
[editar] Libros Perdidos Citados Fragmentariamente
Moisés cita algunas del "libro de las Batallas de Jehová", libro evidentemente más antiguo que el el libro de Moisés (Números 21:14-15).
Moisés cita una poesía narrativa de "los proverbistas", texto evidentemente más antiguo que el libro de Moisés (Números 21:27-30).
El autor del Libro de Josué cita algunas líneas del "Libro de Jaser" (Versión Reina Valera 1960) o “Libro del Justo” (Traducción no muy empleada) al narrar cuando Josué detuvo en el cielo el movimiento de la luna y el sol (Josué 10:12-13). Dicho libro también es citado por David en la ocasión de la muerte de Saúl y Jonatán (2 Samuel 1:18-27).
Un posible código de monarquía llamado "leyes del reino", las cuales escribió y leyó en voz alta Samuel el Profeta al momento de ungir como Rey a Saúl (1 Samuel 10:25).
Una narración más completa de la vida de Manasés hijo de Ezequías, rey de Judá, quien al comienzo de su reinado fue idólatra, pero al caer bajo el juicio divino, suplicó piedad y se arrepintió de sus pecados por la predicación de los videntes, todo ello contenido en las "actas de los reyes de Israel" (2 Crónicas 33:18) y en las "palabras de los videntes" (2 Crónicas 33:19).
Mateo resalta que "los profetas" anunciaron que el Mesías sería llamado "nazareno", pero no existe tal profecía en el estado actual del Antiguo Testamento. Tomando en cuenta que muchos estudiosos sostienen que el Libro de Mateo fue originalmente escrito en hebreo, se ha argumentado que es una referencia a las múltiples profecías mesiánicas mencionándolo como la Rama, “netzer” en hebreo, de donde también proviene la palabra “Nazareth”. Sin embargo en Jeremías 23:5, 33:15, Zacarías 3:8, 6:12 e Isaías 11:1, las profecías catalogadas para ello no usan la misma raíz idiomática, sino emplea "tzemakh", un sinónimo (Mateo 2:23).
Pablo parafrasea una alegoría, comparando a Israel y a los Gentiles como olivos con injertos mutuos entre sí, pero tal alegoría no es similar en términos a las contenidas en el Antiguo Testamento, ni en otros textos paulinos o demás apostólicos (Romanos 11:16-24).
Pablo dice “grande es el misterio de la piedad” y cita una poesía hebraica, no contenida en fuente conocida alguna (1 Timoteo 3:16).
Santiago cita de una fuente desconocida una Escritura que dice “el Espíritu que él ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente” (Santiago 4:5).
Pedro menciona, al igual que Judas Tadeo, que antes del diluvio Dios no perdonó a los ángeles que “no guardaron su dignidad” (Versión de Reina Valera 1960) o “primer estado” (Versión Inglesa King James). Dado que estas epístolas fueron escritas antes que Apocalipsis, no está citando éste (véase Apocalipsis 12). Se ha teorizado que es una referencia a Génesis 6:4, pero el Talmud Babilónico no respalda esa idea (2 Pedro 2:4, Judas 1:6).
Judas Tadeo menciona una disputa entre el arcángel Miguel y Satanás por el cuerpo de Moisés (Judas 1:9). En años recientes se encontraron fragmentos de un libro del Siglo Primero mencionando este evento, en que se amplían los argumentos de Satanás para reclamar el cuerpo físico de Moisés (el asesinato del egipcio, véase éxodo ), así como la defensa presentada por Miguel, (arrepentimiento sincero y servicio leal a Dios, calificándolo a no morir), quien gana la disputa y se declara desconocida la situación de la muerte de Moisés (Judas 1:6).
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