Recuerdos del poeta zaragozano MIGUEL LABORDETA (1921-1969)
LA VOZ DEL POETA:
En lo alto del Faro/viendo ir y venir/a las pobres gentes en sus navegaciones de un dia./En lo alto del Faro, /contemplando el abismo de las criaturas y el vértigo de los astros./En lo alto del Faro, escuchando llegar a los rostros futuros/y oyendo en lo hondo de las aguas las voces de los muertos./En lo alto del Faro, /amando/sabiendo que el amor es un fracaso, /y cantando/sabiendo que su canto no ha de ser comprendido./Vestirse, alimentarse, /ganarse el pan de cada día/discutir de las cosas banales, /endomingarse como cada cual/y hacer el amor a una dulce estudiante, /como cualquier empleado de Banca./ Y sin embargo, /velar largamente en duelo, /oir en los silencios el ritmo pavoroso de los tiempos, /acariciar la marea de las edades inmensas, /rompiéndose en quejidos y maravillosas melodías/
Contra el humilde corazón infortunado/en los alto del Faro./En lo alto del Faro, /mientras todos se emborrachan en los festines, /o corroen su envidia en las duras jornadas de trabajo/o acaso buscan sus puñales secretos/para degollar al niño desconsolado que ellos fueron/la mirada rauda de visiones/persigue el rumbo, en intemperie desconsolada y altiva/de los navios futuros./Y preguntar a la sangre el porqué del olvido/e indagar las primaveras que nacen del sollozo terrestre/y la melancolía que hila el atardecer solitario de los cielos./Acariciándolo todo, destruyéndolo todo/hundiendo su cabeza de espada en el pasmo del Ser/sabiendo de antemano que nada es la respuesta/En lo alto del Faro/la voz del poeta/incansable holocausto/. Abrazos de dos zaracambrilenses. JyC.
LA VOZ DEL POETA:
En lo alto del Faro/viendo ir y venir/a las pobres gentes en sus navegaciones de un dia./En lo alto del Faro, /contemplando el abismo de las criaturas y el vértigo de los astros./En lo alto del Faro, escuchando llegar a los rostros futuros/y oyendo en lo hondo de las aguas las voces de los muertos./En lo alto del Faro, /amando/sabiendo que el amor es un fracaso, /y cantando/sabiendo que su canto no ha de ser comprendido./Vestirse, alimentarse, /ganarse el pan de cada día/discutir de las cosas banales, /endomingarse como cada cual/y hacer el amor a una dulce estudiante, /como cualquier empleado de Banca./ Y sin embargo, /velar largamente en duelo, /oir en los silencios el ritmo pavoroso de los tiempos, /acariciar la marea de las edades inmensas, /rompiéndose en quejidos y maravillosas melodías/
Contra el humilde corazón infortunado/en los alto del Faro./En lo alto del Faro, /mientras todos se emborrachan en los festines, /o corroen su envidia en las duras jornadas de trabajo/o acaso buscan sus puñales secretos/para degollar al niño desconsolado que ellos fueron/la mirada rauda de visiones/persigue el rumbo, en intemperie desconsolada y altiva/de los navios futuros./Y preguntar a la sangre el porqué del olvido/e indagar las primaveras que nacen del sollozo terrestre/y la melancolía que hila el atardecer solitario de los cielos./Acariciándolo todo, destruyéndolo todo/hundiendo su cabeza de espada en el pasmo del Ser/sabiendo de antemano que nada es la respuesta/En lo alto del Faro/la voz del poeta/incansable holocausto/. Abrazos de dos zaracambrilenses. JyC.