Tamboriler y Bnb. Yo, como vosotros y todo bien nacido, quiere que se acabe cuanto antes con esa lacra nauseabunda que es el terrorismo.
Pero desgraciadamente con el terrorismo no sirven, ni los atajos, ni las negociaciones, ni nada que, para un ser humano es normal, para esas bestias asesinas totalmente deshumanizadas, que lo único que tienen de humano es la apariencia física, e incluso viendo al “cara vinagre” y algún otro, hasta ni en eso se parecen.
El terrorismo con raíces políticas no tiene razón de ser en una sociedad democrática como la nuestra, en la que los ciudadanos pueden expresar, manifestar y tener representantes en las instituciones de sus ideas políticas. Pero es que los terroristas con sus bases violentas, no aceptan ni respetan las reglas de juego de la democracia. Quieren imponer, por la fuerza, la violencia y la coacción, las ideas de una minoría (marxistas-leninistas) al resto de la población, y al que no traga: tiro, bomba o a la carretera.
Todos los gobiernos democráticos han intentado de una u otra manera (sin ahondar en las formas), llegar a acuerdos con los etarras para que abandonaran la violencia y se incorporaran a la democracia. Todo ha sido inútil, porque es imposible que uno que no sea humano se comporte como tal. Quieren imponer sus ideas, de una minoría a una mayoría con los métodos ya descritos, y eso, ahora y siempre será DICTADURA, y quien colabore con ellos serán TRAIDORES, y que no esperen recompensas futuras, pues la historia está plagada de casos en que a los traidores los han matado, o se han quedado con un palmo en las narices.
Os acordáis de los tres generales lusitanos que asesinaron a Viriato y fueron a cobrar la recompensa al cónsul romano, y éste les dijo: ROMA NO PAGA TRAIDORES.
Traigo a colación el terrorismo con motivo del décimo aniversario del macabro asesinato de Miguel ángel Blanco, que desde aquí me sumo al dolor de su familia, reconociendo su valentía y entereza que tan dignamente y honorablemente han demostrado. “Chapeau”.
Muñoz español.
Pero desgraciadamente con el terrorismo no sirven, ni los atajos, ni las negociaciones, ni nada que, para un ser humano es normal, para esas bestias asesinas totalmente deshumanizadas, que lo único que tienen de humano es la apariencia física, e incluso viendo al “cara vinagre” y algún otro, hasta ni en eso se parecen.
El terrorismo con raíces políticas no tiene razón de ser en una sociedad democrática como la nuestra, en la que los ciudadanos pueden expresar, manifestar y tener representantes en las instituciones de sus ideas políticas. Pero es que los terroristas con sus bases violentas, no aceptan ni respetan las reglas de juego de la democracia. Quieren imponer, por la fuerza, la violencia y la coacción, las ideas de una minoría (marxistas-leninistas) al resto de la población, y al que no traga: tiro, bomba o a la carretera.
Todos los gobiernos democráticos han intentado de una u otra manera (sin ahondar en las formas), llegar a acuerdos con los etarras para que abandonaran la violencia y se incorporaran a la democracia. Todo ha sido inútil, porque es imposible que uno que no sea humano se comporte como tal. Quieren imponer sus ideas, de una minoría a una mayoría con los métodos ya descritos, y eso, ahora y siempre será DICTADURA, y quien colabore con ellos serán TRAIDORES, y que no esperen recompensas futuras, pues la historia está plagada de casos en que a los traidores los han matado, o se han quedado con un palmo en las narices.
Os acordáis de los tres generales lusitanos que asesinaron a Viriato y fueron a cobrar la recompensa al cónsul romano, y éste les dijo: ROMA NO PAGA TRAIDORES.
Traigo a colación el terrorismo con motivo del décimo aniversario del macabro asesinato de Miguel ángel Blanco, que desde aquí me sumo al dolor de su familia, reconociendo su valentía y entereza que tan dignamente y honorablemente han demostrado. “Chapeau”.
Muñoz español.