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CAMBRILS: He leído, oído y visto mucho estos días sobre los treinta...

He leído, oído y visto mucho estos días sobre los treinta años transcurridos desde las primeras elecciones democráticas ocurridas en España desde la muerte del dictador. Tiempos difíciles, tiempos duros, pero a la vez muy ilusionantes. Gracias a los políticos de entonces pudimos llegar a la libertad actual. Todos trataron de acercar posturas, unos olvidando o dejando de lado todo lo sufrido esos cuarenta años y otros olvidando su pertenencia al bando opresor. Bien por ellos. Los jóvenes de mi edad empezamos a saber lo que era la política, lo que era la democracia. La mayoría no teníamos ni idea. Y no sólo eso, sino que desconocíamos, como en mi caso, episodios sufridos durante la dictadura por familiares, por vecinos, por conocidos, que no nos habían contado por precaución, incluso por miedo.
Anoche ví el final de esa película que narra los hechos del asesinato de los abogados de la calle Atocha y luego un programa con imágenes de aquel año 77. Entonces Madrid podía ser peligroso para cualquiera que llevara el pelo largo y pinta de no ser amigo de Franco. Esos engominados con loden verde campaban a sus anchas, en grupos armados, eso si, la valentía en conjunto y con armas, no de uno en uno. Es chocante que algún alto cargo del PP actual me recuerde tanto la imagen y el estilo de pi jos engominados de aquellos ener gúmenos de poco seso y mucha porra y pipa. Hay cosas que no cambian. A saber que hacían ellos entonces. Y también es chocante que el discurso de muchos de estos peperos actuales se parezca más al que le oí ayer en ese recopilatorio a Blas Piñar que al de algunos políticos de la derecha de entonces, más conciliadora. El propio Fraga, aunque soltó alguna barbaridad entonces contra el comunismo era mucho más avanzado que hoy en día son muchos de sus cachorros.
Sería bueno que la izquierda y la derecha actual acercaran posturas como ocurrió entonces. Pero algunos lo ponen tan difícil.

Bnb.