L'Aldea es un municipio del bajo Ebro. Está sito al sur de Catalunya en la base del triángulo formado por el Delta del Ebro, al extremo meridional de la Cordillera del Boj. Su situación equidista de las dos ciudades más importantes de los Países Catalanes: Barcelona (175 km) y València (180 km), y su ubicación al eje que las comunica, la N-340, la autopista A-7 y el ferrocarril, hacen de este municipio uno de los más importantes nudos de comunicaciones de Catalunya, y el más importante del Delta del Ebro. Los hallazgos más antiguas de l'Aldea corresponden a una necrópolis de la última etapa del Neolítico, situada al cortijo de la Palma, cortijo de Benita, los años 1957-1966, y que demuestran la existencia de tribus instaladas en aquella terraza fluvial. De la época de las colonizaciones de los grandes pueblos mediterráneos, fenicios y griegos, son las piezas arqueológicas encontradas en la necrópolis paleoibèrica (s. VII a. C.) del cortijo de Mussols, a la finca de La Palma, a unos tres Km arriba del Puente Colgado. Allí el 1996, se descubrieron urnas con huesos incinerados, las cuales contenían un rico ajuar: armas de hierro, lanzas, dardos, jabalinas, racimos, cadenas, hebillas, fíbulas, cerámica fenicia y griega..., las cuales se pueden contemplar, la mayor parte en el Museo del Montsià. De la época romana hace falta mencionar la posible existencia de un miliario que se encontraba en el interior de la ermita de la Virgen María de l'Aldea. Si fuera esto cierto, supondría la existencia de una ruta romana de bajura, paralela al supuesto trayecto interior de la Vía Augusta. se han encontrado restos del que probablemente fue el campamento utilizado como base por Escipión durante la segunda guerra púnica -más concretamente entre los años 217 y 209 a. C. En la Palma, una terraza junto al Ebro, los arqueólogos han localizado monedas griegas, massaliotes, emporitanes y romanas, piezas cartaginesas saqueadas a los enemigos una combinación que cuadra con el dinero de bolsillo de los primeros invasores, restos de ánforas lanzadas a orillas del río y fragmentos de armas y estandartes. Según el profesor de la Universitat de Barcelona, Jaume Noguera, se trataría de uno de los campamentos de Publi Corneli Escipió el Africano. Aquel punto podía ser el lugar dónde los romanos se concentraron durante unos cuántos años y donde Escipió concentró unas cuatro legiones (unos 25.000 hombres) el año 209 a. C. por lanzar desde allá la campaña relámpago, referida por Titus Livi, en qué destruyó Cartago Nueva. De la invasión visigòtica y la posterior dominación árabe, ha quedado nuestro nombre ALDEA, originario del árabe al-dái'a, que significa aldea, granja. en l'Aldea, había un primitivo núcleo de población al lugar dónde se encuentra la ermita, que, el 1148 cayó en manos del conde Ramon Berenguer IV. Pero ya antes, el 1146, el conde hizo donación a priori a Bernat de Benlloch, definiéndolo cómo ipsam almuniam que est in prato Tortuose que vocatus Aldea. El 1161 ya se conoce la existencia de una iglesia dedicada en Santa Maria. Al S. XVIII empezaron las romerías a la ermita por pedir lluvia, los cuales se han conservado hasta la actualidad y disfrutan de un gran popularidad. Aparte de l tuesto de la ermita, símbolo de nuestro municipio, hay en l'Aldea la torre de Candela, situada al sur del término municipal, en línea recta con la de la ermita, y, en medio, la de Burjasènia; sin olvidar, las runes de la torre de Vinaixarop, situada al norte del municipio, en zona de secano, desde dónde se puede fruir de un maravillosa panorámica del Delta. L'Aldea, como pueblo ha vivido un evolución muy reciente, y siempre atada a la de Tortosa, a la cual va pertanyer hasta el 21 de abril de 1983, fecha en qué conseguí su independencia municipal.