El
Castillo de la Zuda, las
murallas y las fortificaciones, han sido escogidos en votación ciudadana, como uno de los 7 tesoros del Patrimonio Cultural de
Tortosa, en el contexto de la celebración de Tortosa Capital de la Cultura Catalana 2021.
El castillo ocupa la colina central de la ciudad antigua. La fortificación emerge sobre todos los
edificios históricos de la urbe. Esta atalaya, de enorme importancia estratégica, es un magnifico
mirador de Tortosa.
Se han encontrado restos íberos y
romanos. En tiempos de Abd-al-Rahman III los árabes la conviertieron en alcazaba. A partir de los de Jaime I fue residencia real. El perímetro corresponde, a grandes rasgos, al castillo original que ya se vio condicionado por las características del terreno. Parece ser que originalmente alternaba
torres defensivas de planta cuadrada con trozos de
muralla. El paso de los siglos obligó a realizar adaptaciones de acuerdo a las nuevas exigencias
militares, sustituyendo almenas y torres por troneras y parapetos. En los siglos XVII y XVIII se construirán las avanzadas en su extremo noroeste.
En el interior del recinto se realizaron diversas construcciones: aljibes, naves y el polvorín. En el gran
pozo central, o zuda, confluyen numerosas galerías subterráneas con mazmorras y
hornos.
Durante la Guerra Civil el castillo será objeto de una grave destrucción. En el año 1972 y tras una profunda restauración, se convertirá en
Parador Nacional de Turismo. De la antigua edificación se conservan murallas, arcadas, el polvorín, una sala con
ventanas trifoliadas, el
patio de armas y galerías subterráneas.