El hombre y la vid han seguido, a lo largo de los milenios, destinos comunes. El cultivo de especies domésticas de uva para su posterior utilización en la extracción de vino hubo de ir parejo al propio asentamiento de las primeras poblaciones nómadas en trance de convertirse en familias sedentarias. El hábito viajero de los humanos primitivos era incompatible con la estabilidad que requiere la recolección de suficiente cantidad de uva.Que a estas alturas tengamos como referente histórico determinante ... (ver texto completo)