ALCALA DE HENARES: A los Foreros de Alcala de Henares...

A los Foreros de Alcala de Henares

Reseña del libro: España ¿Ocaso de patriotas?

Este título que sugiero para este ensayo, “España ¿Ocaso de patriotas? es muy intuitivo de la lamentable realidad que está y ha estado presente en la actual sociedad española.
Muchos son los ejemplos que se pueden contar en la historia de España desde Viriato a Rodrigo Díaz de Vivar, Maimónides, Álvaro de Luna, Colon, Jovellanos, Goya etc., y otros tantos no citados pero cuyos nombres e historias saldrán a la luz a lo largo del contenido de este ensayo.
Yo me pregunto: ¿Por qué en España aparecen seres excepcionales que destacan en sus artes, ciencias o letras etc., y luego su fama o su éxito merecido, se minimiza o se silencia por otros móviles abyectos, fruto de la iniquidad y de la envidia?
¿Es que acaso España, premia así a sus héroes?
Pues si, es una realidad que se ha repetido a lo largo de historia por causa de los estereotipos que siempre ha padecido la sociedad española que son la envidia y la intolerancia.
La envidia es merecedora de declararla como “virtud nacional” y que desafortunadamente está inoculada en la sociedad española y por culpa de su existencia ha sido causa de múltiples injusticias, acciones innobles e incluso crímenes horribles. Por envidia Viriato, el más insigne caudillo ibero fue entregado por sus capitanes a Roma; Rodrigo Díaz de Vivar El Cid Campeador, vaga por los campos de Castilla desahuciado del favor del rey Alfonso VI, Su Señor; Maimonides, el filosofo mas grandioso de Al-Andalus tuvo que exiliarse de su Córdoba natal a Fez y moriría después en Egipto; D. Alvaro de Luna Condestable de Castilla y Prohombre y Docto Varon fue enviado al patíbulo; Colon, artífice de la gloriosa gesta del Descubrimiento de América acabó su vida en una prisión de Valladolid; Jovellanos, gran pensador y maestro de la Ilustración acabó su vida arrestado y preso en el castillo de Bellver (Mallorca) por la envidia del nefasto Godoy y por último Goya, pintor universal termino su existencia en el exilio en Burdeos (Francia).
Otros males que nos aqueja es la intolerancia que se puso de manifiesto precisamente, cuando alumbró un nuevo modelo social que se impuso en Europa, tras la Revolución Francesa y es la doctrina del liberalismo basada en los principios del racionalismo, traducidos en la libertad de cultos y el libre pensamiento político.
Es la transición entre dos modelos de sociedad, uno arcaico basado en “los privilegios de clase” (nobleza y clero) y otro, el nuevo donde ya no existen vasallos y si “ciudadanos” de distinta clase social pero en sí, “hombres libres” para decidir su destino. En la consolidación de este nuevo tipo de sociedad se sucedieron múltiples luchas, conspiraciones, reacciones involucionistas, donde se derramaría la sangre de numerosos mártires, injustamente sacrificados por sus ideales.
Este es el objeto de este ensayo donde escribo una multitud de personajes, quizá algunos ya olvidados, pero que se distinguieron por hechos heroicos por defender “a su Patria” España, de la invasión francesa y luego su rey, “Fernando VII El Deseado”, aquel que felicitaba a Napoleón por las victorias que obtenía contra los españoles, prototipo de iniquidad y felonía, los llevo a la mayoría al cadalso o al exilio.
Describiremos los sucesos de sus vidas y el fin de su destino completando esta lista personajes como: Daoiz, Velarde, Jacinto Ruiz, Álvarez de Castro, Agustina de Aragón, Manuela Malasaña, Palafox, El Empecinado, el cura Jerónimo Merino, Díaz Porlier, José Romeu, Expoz y Mina, Morillo, Bernardo González del Valle “Cachamuiña”, Julián Sánchez “El Charro”, Lacy, Palarea, Francisco Abad Moreno “El Chaleco”, Juan Fernández Cañas “Alcalde de Otivar”, Mariano Renovales, Jaime “El Barbudo”, el Barón de Eroles, además de otros y por último El Capuchino. La mayoría de estos hombres fueron perseguidos o muertos por la intolerancia política, después de haber demostrado ser dignos hijos de su Patria, España y combatir la invasión francesa perpetrada por Napoleón, un tirano tenebroso que cegado de ambición, fue el autor intelectual de los más abominables crímenes contra la Humanidad, cometidos en nombre de la libertad.
Y a Francia y a sus hijos, esos “gloriosos soldados” que portaban en sus mochilas para ejemplo el mundo, los nobles principios de su Revolución “libertad, igualdad y fraternidad” eran simple soldadesca, mezquina y vil, movidas por instintos de pillaje, cobardía y destrucción contra seres indefensos, asesinando ancianos, mujeres y niños, dirigidos por sus jefes militares, generales (Junot, Massena, Sebastiáni, Soult, Victor, Moncey, Verdier, Dupont y otros) que eran una caterva de rufianes de la peor calaña y que sus glorias contadas, son pura patraña para ocultar la verdad, que los historiadores honestos descubrimos y sacamos a la luz.
Tras la iniciación de la Edad Contemporánea, la intolerancia política ha estado presente en todas las épocas, comenzando por la “Década ominosa” la etapa más represiva y horrorosa que estuvo vigente en España desde 1823 al 1833, fecha de la muerte del rey Fernando VII, seguido de las “Guerras carlistas” y concluyendo con la desdichada “Guerra civil española del 1936 al 1939”.
Fue en este último suceso, donde se puso de manifiesto esta constante “intolerancia política” por parte de ambos bandos en contienda, tras el desarrollo de la acción bélica y después de la victoria, en la represión a los vencidos.
En la Guerra Civil, el término de Paracuellos del Jarama fue escenario de las llamadas “Matanzas de Paracuellos”, donde miles de personas inocentes, por móviles políticos y venganzas personales fueron inmoladas por el bando republicano. Asi mismo, recordemos otros tristes episodios de esta guerra fraticida como la matanza de los combatientes republicanos en la toma de Badajoz, donde multitud de prisioneros fueron exterminados en la Plaza de toros, el 14 de Agosto del 1936 por el bando nacional. ¡Ciérrese para siempre este capitulo sangriento de la historia de España! Y haciendo una reflexión moral en ambos casos, si sus responsables materiales o intelectuales de estos horrendos crímenes, no expresaron a lo largo de su vida un arrepentimiento de estos hechos, esta actitud les equipara a meras bestias o alimañas, impropios de pertenecer al genero humano.
En mi libro: “La España critica…. una Iberia posible” comento esta tragedia humana y manifiesto:
“Desgraciadamente, la anarquía existente en las dos Españas enfrentadas, trajo, sin por ello olvidar otras sangres inocentes derramadas con los métodos represivos de los dos bandos, que usaron la extrema dureza.
Vamos a recordar dos víctimas de esta barbarie, la desaparición de dos personajes que la sufrieron en su persona, dos genios de la pluma Federico García Lorca y Ramiro de Maeztu inútilmente sacrificados por el odio enfermo de los contendientes. Olvidemos para siempre esta tragedia, con su memoria histórica y sepultemos definitivamente la triste realidad que denunciaba Mariano José de Larra del convulso periodo decimonónico: “Aquí yace media España, murió de la otra media”.
Recordemos tiempos pasados donde reinaba la armonía en el pueblo y todo el estrato social participaba en actos colectivos como refleja el gran genio pictórico Francisco de Goya en su obra “La Pradera de San Isidro” con escenas de fiestas, alegría común y jolgorio popular y en otros como “La carga de los mamelucos” donde todo un pueblo unido, participa en su lucha contra el invasor francés.
Y finalizo esta exposición, con un merecido homenaje a estos “dignos hijos de España” que fueron ingratamente perseguidos, represaliados o muertos, sabiendo aceptar valientemente su destino final.

Fdo: Julio Reyes Rubio “Al-Mayriti”