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ALCALA DE HENARES: En mi libro España: ¿Ocaso de patriotas? incluyo la...

En mi libro España: ¿Ocaso de patriotas? incluyo la biografia del heroe y patriota Juan Martin El Empecinado. He aqui esta.
JUAN MARTIN “EL EMPECINADO”

Juan Martín Díez nació en Castrillo de Duero (Valladolid) el 5 de septiembre de 1775 y fue un guerrillero español, héroe de la Guerra de la Independencia y participó en muchas acciones bélicas contra el ejército de Napoleón a los que derrotó y cuyo nombre se popularizó como Juan Martín “El Empecinado”.
Era hijo de Juan Martín, un labrador cuya casa se conserva en su ciudad natal y de Lucia Diez, vecinos de la villa y casados.
El origen del seudónimo “El Empecinado” procedía de su ciudad natal Castrillo de Duero por el arroyo Botijas, que atravesaba el pueblo y estaba lleno de pecina “un cieno verde de aguas con materia orgánica en descomposición” y por esta causa se cree que es el origen del seudónimo.
Desde muy joven manifestó su vocación militar y se enroló en la campaña del Rosellón en la Guerra de la Convención del 1793 al 1795 contra la Francia revolucionaria, adquiriendo mucha experiencia en el arte de la guerra.
Habiendo regresado de la contienda en 1796 se casó con Catalina de la Fuente, natural de Fuencin (Burgos) y allí se trasladó trabajando como labriego hasta la ocupación de España en 1808 por las tropas napoleónicas.
Se relata que cuando el ejército francés pasó por su pueblo, una muchacha fue violada por un soldado francés al que Juan Martín dio muerte después, siendo el punto de partida para combatir a los franceses.
A partir de estos hechos organizó una partida de guerrilleros que estaba formada por amigos y miembros de su propia familia.
Eligió al principio el lugar de su actuación, la ruta entre Madrid y Burgos y posteriormente combatiría suplementando al ejército español en los inicios de la Guerra de la Independencia en el puente de Cabezón del Pisuerga (Valladolid) el 12 de junio del 1808 y en Medina de Rioseco (Valladolid) el 14 de julio del mismo año.
Estas batallas fueron perdidas por la superioridad del enemigo francés frente al ejército español y le hizo reflexionar para utilizar en el futuro “la guerra de guerrillas” y así comenzó sus éxitos en las acciones bélicas en Aranda de Duero, Sepúlveda, Pedraza y toda la cuenca del Duero.
En 1809 fue nombrado capitán de caballería y a partir de la primavera extiende su campo de acción en la Sierra de Gredos, Ávila Salamanca y posteriormente Cuenca y Guadalajara.
El objetivo primordial de la guerrilla era destruir los suministros y vituallas del ejército francés enemigo, interceptando correos, mensajes del enemigo y capturando convoyes de víveres, armas y otras mercancías.
Napoleón ante la astucia de Juan Martín “El Empecinado” nombró al general Hugo, como perseguidor exclusivo del “Empecinado” y de sus gentes.
El general al fracasar en el intento, captura a la madre del guerrillero y algún familiar más y amenazo con fusilarlos pero Juan Martín endureció sus acciones bélicas y le amenazó al general con fusilar a 100 prisioneros franceses. El general reflexionó y decidió poner en libertad a la madre del guerrillero y al resto de los familiares.
En 1810 perseguido por los franceses tuvo que refugiarse en el castillo de Ciudad Rodrigo, donde pusieron sitio los franceses.
En 1811 dirigió un Regimiento de Húsares en Guadalajara y su guerrilla contaba entonces con 6000 hombres.
El 22 de mayo del 1813 dirigió la defensa de Alcalá de Henares y en el puente de Zulema derrotó a un grupo de soldados franceses que le doblaban en número.
Posteriormente el rey Fernando VII ordenó que se construyera un monumento en forma de pirámide en Alcalá de Henares, para conmemorar estas efemérides.
Ya en 1823, el mismo Fernando VII ordenó demoler este monumento por ser el símbolo de un “liberal” aunque en 1879 los alcalaínos volvieron a levantar otro monumento al “Empecinado” al que consideraron el liberador.
Terminada la Guerra de la Independencia Juan Martín es ascendido a Mariscal de campo y consigue el derecho a firmar como “El Empecinado” de forma oficial.
Durante el periodo transcurrido desde la evasión de Napoleón de la Isla de Elba, hasta su derrota definitiva en Waterloo, Juan Martin estuvo al mando de diferentes fuerzas como el Regimiento de Infantería de Burgos Nº2 de los Pirineos, protegiendo la frontera franco española y residió allí hasta julio del 1815, donde en tiempo de descanso se dedicaba a la caza del oso en el valle de Bujaruelo en la localidad de Torla.
Cuando el rey Fernando VII regresó a España, restauro el régimen absoluto y tomó medidas represivas contra los liberales, entre los que se encontraba Juan Martin “El Empecinado”, que fue desterrado a Valladolid.
En 1820, tras el pronunciamiento del comandante Rafael Riego en Cabezas de San Juan (Cádiz), “El Empecinado” se incorporó a la lucha contra las tropas realistas y como triunfó la causa liberal fue nombrado durante el Trienio Liberal gobernador militar de Zamora y finalmente Capitán General. No obstante el rey Fernando VII intentó que “El Empecinado” se uniera a su causa a pesar de que había jurado la Constitución de Cádiz y se uniera a los Cien Mil Hijos de San Luis ofreciéndole un título nobiliario, pero la respuesta del “Empecinado” fue: “Diga Ud, al rey que si no quería la Constitución que no la hubiese jurado, porque el “Empecinado” la juró y jamás cometerá infamia de faltar a sus juramentos”.
En el 1823 terminó el Trienio Liberal y Juan Martín “El Empecinado” emprende viaje de destierro a Portugal.
Decretada una amnistía el 1 de mayo de 1824 solicitó permiso para regresar sin la represión y le fue concedido.
Pero el rey Fernando VII no estaba dispuesto a olvidar sus odios en cumplimiento del Decreto y el 23 de mayo ordenó detener a Ballesteros y condenar a muerte al “Chaleco” y al “Empecinado”.
Habiendo regresado “El Empecinado” a su tierra natal acompañado de unos 60 hombres de su partida, fue detenido en la localidad de Olmos de Peñafiel junto sus compañeros por voluntarios realistas.
Fueron trasladados presos a Nava de Roa y entregados al alcalde de la localidad Gregorio González Arranz, quien los trasladó a pie y amarrados sus brazos a las espaldas.
Al llegar allí, el populacho había instalado en la Plaza Mayor un tablado donde fue exhibido el preso siendo insultado y agredido.
Posteriormente fue trasladado junto a sus compañeros a un viejo torreón donde se suministraba la comida previo pago de trece reales diarios y de 13 cuartos por el resto de sus compañeros.
El juicio fue una farsa siendo encomendada la instrucción al Corregidor de la Comarca Domingo Fuentenebro, enemigo personal del preso siendo nombrado por el rey comisionado regio para formar la causa en Roa, que quedo concluida el 20 de abril de 1825.
Dictada la sentencia, fue puesta en manos del rey Fernando VII que le condenaba a ser ahorcado en la Plaza Mayor de Roa.
La ejecución se llevó cabo el 20 de agosto de 1825, siendo ahorcado en vez de ser fusilado.
Cuenta según testimonio del alcalde de Roa que cuando lo iban a subir al cadalso dio un fuerte golpe con las manos y rompió las esposas. Se abalanzo sobre el ayudante del batallón para arrancarle la espada pero el ayudante se resistió y no lo consiguió.
Juan Martín trató de huir y se metió entre las filas de los soldados pero al fin los voluntarios realistas pudieron apresarlo y le amarraron medio cuerpo con una maroma y se le subió al cadalso. Se le dio las órdenes de ejecutar la sentencia y quedó colgado con tanta violencia que un zapato fue a parar a doscientos metros del lugar de ejecución y su cuerpo quedó colgado y su rostro se ennegreció como un carbón.
En Alcalá de Henares se conserva su busto en bronce del escultor italiano Carlos Nicoli.
Se fundó un Círculo Cultural Juan Martin “El Empecinado” por un grupo de personas que sintiéndose admiradores del personaje, por sus hazañas, heroísmo y patriotismo considerando el mal pago con que fue tratado por la Corona y la sociedad de aquel tiempo, siendo el motivo de exaltar a este invicto e ilustre personaje para evitar el olvido.
Esta entidad cultural homenajea al personaje todos los años en los meses de agosto y septiembre con la convocatoria de jornadas de recuerdo en Roa de Duero y Castrillo de Duero.

Julio Reyes Al-Mayriti