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ALCORCON: Hace casi tres años que resido en España y he nacido...

Hace casi tres años que resido en España y he nacido en Sudamérica, en un país que se llama Argentina. Nunca he tenido ningún motivo para quejarme por actitudes discriminatorias o de desprecio; tal vez tengamos idiosincracias bastante diferentes, pero yo más bien lo que no podía sino notar era buena disposición y ánimo de integrar. Pero lo cierto es que estos incidentes en Alcorcón me abrieron los ojos, no sólo con respecto al presente y lo porvenir, sino en relación también con situaciones y circunstancias que tuvieron lugar durante mi estancia en este país hasta el día de hoy.

Lo que evidentemente no fue más que un enfrentamiento entre dos bandos violentos (dos agrupaciones de jóvenes delincuentes tanto españoles como sudamericanos) fue el disparador de un clima de odio al extranjero tal que yo no puedo calificar más que de opresivo. Todo el mundo opinando en internet que España es de los españoles, que a los sudamericanos hay que exterminarlos, que no hacen sino robar y en vez de favorecer al crecimiento de esta sociedad (económicamente hablando, ya que hoy es lo único que importa) vienen a aprovecharse de los impuestos que pagan los ciudadanos españoles, etc., etc.

Yo entiendo que haya salvajes que migran desde Latinoamérica, Noráfrica o Europa del Este a los países de la Europa 'civilizada', y entiendo que haya un ánimo de hacer justicia y de dejar bien en claro que esa clase de personajes no son bienvenidos. Lo que no puedo entender es que la gente sea tan ciega como para afirmar que todo el que viene de fuera es de la misma ralea, que todos son delincuentes, asesinos, ladrones, aprovechados. Cuando se producen actos delictivos por parte exclusiva de gente nacida y natural de España, ¿entonces qué? ¿Ellos tienen permiso para hacer lo que otros no? Qué concepto más pobre de justicia...

La verdad es que no tengo energías ahora para ponerme a discutir, para enfrentar un odio a otro odio, porque estoy triste y desengañado: jamás me hubiera esperado una reacción en cadena de este estilo en un país (al menos en apariencia) tan caluroso y tan abierto como España. Lo único que puedo deciros es que el odio lleva a más odio, más miedo y mayor imposibilidad de llevar una vida medianamente soportable. Eso lo enseña la historia.

Espero que esto no se convierta a corto o mediano plazo en un infierno de persecución y racismo. Hay que saber diferenciar entre justicia y odio irracional y animal. Esto último le hace muy poco favor a España a la hora de autoproclamarse 'civilizada' y 'europea'.
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