De los siete pueblos madrileños con vistas al río Tajuña, Ambite es el más pequeño. No por ello pierde el encanto ni las características de sus vecinos. Es más, se diría que es el único que aún no ha sufrido el acoso de las urbanizaciones. Tampoco se han construido edificios industriales que rompan el paisaje de los alrededores, o viviendas típicas de barrios periféricos de la capital...
Las calles del pueblo se recorren en un paseo agradable a pesar de las empinadas e inevitables cuestas. Todas ellas desembocan en una plaza rectangular, formada por la fachada norte de la iglesia, el Ayuntamiento, la casona señorial con escudo nobiliario y otras varias casas encaladas. Las cámaras de éstas últimas, abiertas para secar las humedades, sirven de refugio a golondrinas, vencejos y palomas.".
Las calles del pueblo se recorren en un paseo agradable a pesar de las empinadas e inevitables cuestas. Todas ellas desembocan en una plaza rectangular, formada por la fachada norte de la iglesia, el Ayuntamiento, la casona señorial con escudo nobiliario y otras varias casas encaladas. Las cámaras de éstas últimas, abiertas para secar las humedades, sirven de refugio a golondrinas, vencejos y palomas.".