Soy ribereña de adopción, así me siento. Porque yo llegué a
Aranjuez cuando contaba tres años de edad.
Mi padre tuvo la suerte de conseguir un puesto de trabajo fijo en ese Real Sitio y allí nos dirigimos toda la
familia (que entonces se componía de el matrimonio y una niña de tres años).
Más tarde nacerían dos hijos más.
Allí pase mi infancia y
juventud. Y por culpa de los pocos puestos de trabajo que hay en la Villa tuve que desplazarme a
Madrid.
Ahora estoy felizmente casada y con tres hijos
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