Construida por mandato de Fernando VII durante la primera restauración borbónica (entre 1808 y 1837) aludiendo a los míticos Doce Trabajos de Hércules.
El encargo se hizo al arquitecto Isidro González Velázquez y al
escultor Juan Adán. Su emplazamiento original estaba previsto en la zona trasera de la
Casa del Labrador.