La fuente del Niño de la Espina mandada crear por Felipe III, posee un pretil cuadrado de piedra de jaspe con una columna de corintia en cada esquina.
En el centro hay un pedestal con una taza sobre la cual descansa un joven de piedra, en actitud de sacarse una espina clavada en el pie izquierdo.
En cada esquina de la fuente hay una columna, en lo alto de la cual se encuentra la figura de una arpía, que despiden agua hacia el centro de la fuente.