La
Plaza es obra de Juan Fernández y Pedro de Garay, se alzo entre 1615-1617, y desde la década de 1660, se remata con la
escultura de bronce del Niño de la Espina.
Las
esquinas de la plaza están reforzadas escultóricamente por nichos diseñados por Sabatini y realizados en 1782 formados por cuatro
columnas de mármol
de estilo jónico, con cuarto de esfera más
frontón y figuras de amorcillos en plomo desde 1867, actualmente sustituidos por casquetes de hierro al arruinarse una
de estas piezas.