Es una de las
fuentes, incluidos los bancos de
piedra y, además, las cuatro
esquinas recogidas en una especie de pérgola cada una, que más se suele visitar y donde la gente suele descansar sentada. Desde que era más pequeña e iba con mis padres a ver si "el niño de la espina", ¡por fin! había conseguido quitársela. Aunque es una
foto antigua, es seguro que sigue intentando quitarse la espina. ¡Recuerdos de mi infancia!