Siglo XVI, 1553, Luis y Gaspar de Vega
Forma parte, junto a la
plaza Cuadrada, del proyecto de 1553 de Luis y Gaspar de Vega de segmentación en tres tramos de la
calle de la Reina, mediante los recursos manieristas de raigambre italiana de la perspectiva y la geometría. El tratamiento
monumental y urbano de la
naturaleza se pone al servicio de la magnificencia regia. Juan Bautista de
Toledo incorporó posteriormente, aprovechando el cauce del caz de las Aves, tangente a la plaza en su semicírculo sur, una
fuente lúdica de
juegos de
agua, hoy desaparecida.
La traza de esta plaza redonda y otra cuadrada dotó de significado urbano y valor de monumentalidad a esta
vía arbolada, gracias a la efectista interrupción de la infinitud de la línea de la calle.
La elección de las formas de las
plazas no fue arbitraria. Círculo y cuadrado estaban consideradas formas geométricas perfectas, sobre los postulados filosóficos de la
Antigüedad.
Las plazas, resaltadas originariamente en el viario mediante cantería, se delimitan con doble hilera de
árboles, plantados en la misma fecha, insertándose perfectamente en el trazado rectilíneo de la larga avenida. La superficie de estos espacios abiertos posibilitaba la entrada del sol y el contraste de luces con la umbría del espesor vegetal de la calle.