OASIS
¿Quién piensa en esta Castilla escueta,
debido a su esclerótico contexto
de montaña y llanura, su centro
de súbito con un gran oasis cuenta?.
Estamos en Aranjuez, ruta abierta,
donde se mece el turismo discreto,
estallido de arte, placer secreto
en su masa forestal suculenta
Entre ese mar de lomas ondulante,
un mediodía crujiente del tórrido
estío, la sombra, se antoja divina
y el soplo de Dios es palpitante,
en ese arte delicioso o mórbido
que el Real sitio de Aranjuez aglutina.
¿Quién piensa en esta Castilla escueta,
debido a su esclerótico contexto
de montaña y llanura, su centro
de súbito con un gran oasis cuenta?.
Estamos en Aranjuez, ruta abierta,
donde se mece el turismo discreto,
estallido de arte, placer secreto
en su masa forestal suculenta
Entre ese mar de lomas ondulante,
un mediodía crujiente del tórrido
estío, la sombra, se antoja divina
y el soplo de Dios es palpitante,
en ese arte delicioso o mórbido
que el Real sitio de Aranjuez aglutina.