EL COLOR DE ARANJUEZ
Vivir y sentir los espacios,
es degustarlos,
es recrearse en cada uno
de sus colores, sonidos, silencios,
apreciar el instante,
la duración del tiempo
y lo que éste hace con
la transformación de su realidad.
Ver derramarse el otoño en Aranjuez,
es llenar de matices la vida,
regresar a sus primaveras embellecidas
con sus frutos maduros,
la exposición de una verdad
que te invita a caminar
a cambio de cosas menores
y a seguir el ritual de nuestros genes
al hacer de nuestra vida, cien mil colores
y a la enésima potencia,
convertirlos en momentos dulces
y en la más gustosa y limpia de las miradas.
Vivir y sentir los espacios,
es degustarlos,
es recrearse en cada uno
de sus colores, sonidos, silencios,
apreciar el instante,
la duración del tiempo
y lo que éste hace con
la transformación de su realidad.
Ver derramarse el otoño en Aranjuez,
es llenar de matices la vida,
regresar a sus primaveras embellecidas
con sus frutos maduros,
la exposición de una verdad
que te invita a caminar
a cambio de cosas menores
y a seguir el ritual de nuestros genes
al hacer de nuestra vida, cien mil colores
y a la enésima potencia,
convertirlos en momentos dulces
y en la más gustosa y limpia de las miradas.