En este tramo del Jarama, el discurrir del
río se suaviza por la escasa pendiente del terreno, con un desnivel de tan solo 430 m. Su caudal es escaso, debido a las regulaciones que en las cabeceras de sus afluentes se han realizado, con la construcción de varias presas para el abastecimiento de
agua potable a la ciudad de
Madrid y su periferia.