Plaza Hermanos Falcó y Alvarez de
Toledo, las obras de construcción de la Plaza Mayor de
Barajas hubieron de prolongarse durante el cambio de centuria hasta 1616, año en el que según los datos históricos el II Conde de Barajas, Diego Zapata, realizó una importante inversión para enriquecer su estructura. Estas últimas obras serían de diversa índole, como el reforzamiento de los
balcones de las
fachadas de la plaza y otros reparos, entre los que se hallaban el de algunas de las
casas de los vecinos que, por ser arrendadas a éstos por los condes de Barajas, fueron acometidos directamente por éstos.
Debido al neto carácter comercial del señorío de Barajas, en cuanto uno de los principales puntos de suministro de cereal para la Villa de
Madrid, es posible que la plaza se proyectase para las tareas de
mercado, en clara consonancia con otras anteriores del bajo
medievo castellano creadas para favorecer los cada vez más frecuentes intercambios comerciales. Pero también, y paralelamente al uso variado de las
plazas mayores de
España, es evidente que, al estar ubicado en ella uno de los
palacios principales de la
familia, la plaza se convertiría en muchas ocasiones en un espacio de recepción,
fiestas y celebraciones.