El
almendro comenzó a ser cultivado en Persia, Siria y Palestina. En las leyendas de la biblia, el patriarca Abraham utilizaba varas de almendro para construir
corrales donde cerraba sus numerosos rebaños y el célebre bastón de Aarón era una rama del referido
árbol. En la Biblia el almendro simboliza la vigilancia y el buen
fruto, por eso aparece entre los que selecciona Aarón y está presente en Paraíso terrenal. Por este motivo a menudo rodea las pinturas de Jesús niño (el fruto de la
Virgen) o a su madre.