Sobre rieles de acero, el
tren espera la salida.
Ya hace
sombra la tarde, ya se despide sin tiempo.
Una mujer sube. Se acomoda. Se mimetiza.
Largos pasillos con horas que no vuelan.
Los dos quietos, esperando la partida.
Pero la huida no es remedio para quienes están hechos de silencio y lejanía.