El topónimo pudiera tener un origen celta, significando el prefijo "bra", "broza de
árboles". El primer asentamiento de
Braojos, no documentado hasta la Edad Media, fue realizado por pastores y alrededor de él se organizaron pequeñas
terrazas de cultivos quedando el resto del territorio dedicado a pastos comunales. El interior del núcleo presentaba una disposición dispersa, combinando viviendas con
pajares y
cuadras y espacios abiertos para el cultivo.