Durante la quinta persecución de Septimo Severo, en Buitrago fue apresado y sufrió martirio el joven Audito, en el año 208 de nuestra era, y cuya primera referencia, al igual que la de los orígenes preromanos, procede del citado texto de Colmenares; así parece que debe interpretarse la alusión de la descripción de Lorenzana, de 1786, a que "padecieron en él martirio muchos fieles bajo el imperio romano y, entre ellos San Audito, mártir, convertido por un obispo de Toledo, según dicen se refieren en las historias de Segovia. Más tarde se formó una abadía en su honor. Posteriormente se le vuelve a citar con motivo de algunas persecuciones llevadas a cabo por Cayo Aurelio Diocleciano.