IGLESIA DE SAN PEDRO APóSTOL
PLAZA DE S. PEDRO
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BREVE GUíA DE LA IGLESIA
La cabecera es la construcción más antigua. Su origen nos remonta hasta el siglo XIII (según la mayoría de los autores), siglo XIV (según otros). Su construcción se realizó en ladrillo sabiamente utilizado en el buen quehacer de los mudéjares. Al exterior, bandas de arquillos ciegos trasdosados, modulando y fragmentado el paramento, recuerdan las antiguas cabeceras románicas, cambiando materiales y proporciones. El interior recientemente recuperado contiene uno de los ejemplos más interesantes de toda la Comunidad, en pintura mural. El tamaño de esta iglesia medieval se correspondería con los ejemplos que de las pequeñas capillas románicas tenemos en todo el suelo español (una única nave, cabecera rematada en ábside, cubierta con bóveda de cañón y arcos fajones, etc...).
El Renacimiento supuso el gran cambio de la iglesia de San Pedro. A esta pequeña capilla se le añadió un gran cuerpo de tres naves elegantemente separadas por arquerías de columnas. La cubierta, a mucha más altura, se resolvió con una estructura de madera. Incluso se llegó a cerrar la comunicación con el antiguo ábside, adelantando el presbiterio hasta el segundo arco fajón. Este se dedicó a sacristía y pequeña habitación para archivos y almacén mientras que el culto se desarrollaba bajo las nuevas estructuras terminadas en 1565 (como se indica en la firma de la armadura).
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BREVE GUíA DE LA IGLESIA
La cabecera es la construcción más antigua. Su origen nos remonta hasta el siglo XIII (según la mayoría de los autores), siglo XIV (según otros). Su construcción se realizó en ladrillo sabiamente utilizado en el buen quehacer de los mudéjares. Al exterior, bandas de arquillos ciegos trasdosados, modulando y fragmentado el paramento, recuerdan las antiguas cabeceras románicas, cambiando materiales y proporciones. El interior recientemente recuperado contiene uno de los ejemplos más interesantes de toda la Comunidad, en pintura mural. El tamaño de esta iglesia medieval se correspondería con los ejemplos que de las pequeñas capillas románicas tenemos en todo el suelo español (una única nave, cabecera rematada en ábside, cubierta con bóveda de cañón y arcos fajones, etc...).
El Renacimiento supuso el gran cambio de la iglesia de San Pedro. A esta pequeña capilla se le añadió un gran cuerpo de tres naves elegantemente separadas por arquerías de columnas. La cubierta, a mucha más altura, se resolvió con una estructura de madera. Incluso se llegó a cerrar la comunicación con el antiguo ábside, adelantando el presbiterio hasta el segundo arco fajón. Este se dedicó a sacristía y pequeña habitación para archivos y almacén mientras que el culto se desarrollaba bajo las nuevas estructuras terminadas en 1565 (como se indica en la firma de la armadura).