RESEÑA DEL LIBRO: VIDAS PARALELAS EN LA MORADA DE DIOS
He aquí un nuevo ensayo al título:”Vidas paralelas en la morada de Dios” y que añado a mi trayectoria histórica sobre “Al-Ándalus”, civilización peculiar con personalidad y luz propia que alumbro tanto Occidente como Oriente, logrando integrarse en el “Universo musulmán” que se extendía desde la India hasta el otro extremo de Europa fundiendo en una síntesis gigantesca la cultura de diversos países islamizados, la India, Persia, Oriente Medio, Egipto, Norte de África e Hispania.
He tratado de exponer en este ensayo, la historia de tres personajes singulares, Heithem Charfi, Yehuda ibn Ezra y Wenceslao Rabí, todos almiaregenses de cuna pero con un denominador común “su creencia en el Dios único, Alah, Yavhe y Dios” creyentes temerosos de Dios, adornados de clemencia, misericordia, piedad y amor al prójimo que les valió para que al final de sus vidas, tras su muerte fuesen destinaos por “El Todopoderoso” al Paraíso.
El primero Heithem, almiaregense, de familia con recursos, hijo de un almotacén del zoco de Qairuán (Tunicia), trasladándose posteriormente a Al-Ándalus por voluntad propia a instancia del Hachib Abu Amir, general insigne, conocido por Almanzor (Victorioso de Alah) como colaborador de su equipo de gobierno y fijó su residencia en la medina de Campo de Almiareg, donde era responsable de “La Alcaicería” como funcionario público. Estaba casado y tenia varios hijos.
Heithen era el segundo hijo del matrimonio y en su niñez destacó por su diligencia y capacidad para relacionarse con las gentes por su carácter extrovertido e incluso en los juegos infantiles desarrollaba el papel de dirigir a los demás, peculiar faceta de su personalidad que desarrolló a lo largo de su vida. Eligio la profesión del arte de las armas iniciándose a sus 18 años en las razzias contra los cristianos del norte y los insumisos muladíes de la Cora de Mérida. Por sus éxitos en las campañas militares alcanzó el cargo de capitán de las tropas del Califa omeya y posteriormente sería promovido al destino de Caid de Balansiya (Valencia).
El segundo, Yehuda, sefardí almiaregense, hijo del rabino Moisés de la Sinagoga “Profeta David” de AL-Qul aya (Alcala de Henares) quien acusado injustamente de complot político cayo en desgracia y se vio obligado a renunciar a sus funciones y trasladándose a Campo de Almiareg, donde actualmente era el Rabino de la Sinagoga “Monte Sión” de la medina almiaregense.
Yehuda, desde su niñez, era persona estudiosa e introvertida y destacó prematuramente por su afición a las ciencias siendo trasladado por sus padres a Toledo donde estudió la profesión de medicina y se especializo en oftalmología, siendo después un destacado cirujano. Pronto por su fama merecida fue llamado a Córduba (Córdoba) al servicio del Califa y se estableció allí, donde diariamente atendía su consulta donde acudían gentes de todas las clases sociales e incluso llegando su nombre hasta el mismo Bagdad.
El tercero, Wenceslao, mozárabe almiaregense, hijo la familia goda de gran notoriedad, cuyos ascendientes habían ocupado cargos muy importantes durante el reinado del Califa Abd-el-Rahman III, cuando alcanzo Córdoba su cenit de esplendor.
Su familia se había trasladado a Toletum (Toledo) y después se establecieron posteriormente en la medina de Campo de Almiareg y su antepasado fue un general que había participado a las órdenes del Califa Abd-el-Rahman III en la derrota infligida a los cristianos en Valdejunquera.
Wenceslao, desde su corta edad fue educado en la fe cristiana arriana y ordenado Presbítero ejercía su ministerio en la sede de Toletum en la Basílica de Santa Leocadia.
En este libro se desarrollan las historias de la vida real de estos tres personajes, con sus vivencias personales y ellos acudían a Campo de Almiareg en la celebración de sus fiestas religiosas y durante la estación del estío descansaban de sus tareas cotidianas unas cortas vacaciones donde se reunían en los cafés a degustar el te y a relatar en sus tertulias sus recientes hechos cotidianos.
Heithem, Yehuda y Wenceslao, hombres píos y ejemplares, fueron a lo largo de sus vidas modelos a imitar y al final de sus vidas, fueron premiados por El Todopoderoso con su destino final al Paraíso, lugar de reposo de los hombres justos y como meta deseada, que aspiran recibir aquellos que se lo merecen por sus acciones humanas.
Con este libro, he querido rendir un sencillo homenaje a estos tres personajes, que quizás existieron en cualquier tiempo y con otros nombres pero al fin seres humanos, con sus virtudes y sus miserias pero que orientaron su libre albedrío a la práctica del bien y fueron modelo de virtud y santidad para su generación y las generaciones venideras.
Fdo.: Julio Reyes Rubio “Al-Mayriti”
He aquí un nuevo ensayo al título:”Vidas paralelas en la morada de Dios” y que añado a mi trayectoria histórica sobre “Al-Ándalus”, civilización peculiar con personalidad y luz propia que alumbro tanto Occidente como Oriente, logrando integrarse en el “Universo musulmán” que se extendía desde la India hasta el otro extremo de Europa fundiendo en una síntesis gigantesca la cultura de diversos países islamizados, la India, Persia, Oriente Medio, Egipto, Norte de África e Hispania.
He tratado de exponer en este ensayo, la historia de tres personajes singulares, Heithem Charfi, Yehuda ibn Ezra y Wenceslao Rabí, todos almiaregenses de cuna pero con un denominador común “su creencia en el Dios único, Alah, Yavhe y Dios” creyentes temerosos de Dios, adornados de clemencia, misericordia, piedad y amor al prójimo que les valió para que al final de sus vidas, tras su muerte fuesen destinaos por “El Todopoderoso” al Paraíso.
El primero Heithem, almiaregense, de familia con recursos, hijo de un almotacén del zoco de Qairuán (Tunicia), trasladándose posteriormente a Al-Ándalus por voluntad propia a instancia del Hachib Abu Amir, general insigne, conocido por Almanzor (Victorioso de Alah) como colaborador de su equipo de gobierno y fijó su residencia en la medina de Campo de Almiareg, donde era responsable de “La Alcaicería” como funcionario público. Estaba casado y tenia varios hijos.
Heithen era el segundo hijo del matrimonio y en su niñez destacó por su diligencia y capacidad para relacionarse con las gentes por su carácter extrovertido e incluso en los juegos infantiles desarrollaba el papel de dirigir a los demás, peculiar faceta de su personalidad que desarrolló a lo largo de su vida. Eligio la profesión del arte de las armas iniciándose a sus 18 años en las razzias contra los cristianos del norte y los insumisos muladíes de la Cora de Mérida. Por sus éxitos en las campañas militares alcanzó el cargo de capitán de las tropas del Califa omeya y posteriormente sería promovido al destino de Caid de Balansiya (Valencia).
El segundo, Yehuda, sefardí almiaregense, hijo del rabino Moisés de la Sinagoga “Profeta David” de AL-Qul aya (Alcala de Henares) quien acusado injustamente de complot político cayo en desgracia y se vio obligado a renunciar a sus funciones y trasladándose a Campo de Almiareg, donde actualmente era el Rabino de la Sinagoga “Monte Sión” de la medina almiaregense.
Yehuda, desde su niñez, era persona estudiosa e introvertida y destacó prematuramente por su afición a las ciencias siendo trasladado por sus padres a Toledo donde estudió la profesión de medicina y se especializo en oftalmología, siendo después un destacado cirujano. Pronto por su fama merecida fue llamado a Córduba (Córdoba) al servicio del Califa y se estableció allí, donde diariamente atendía su consulta donde acudían gentes de todas las clases sociales e incluso llegando su nombre hasta el mismo Bagdad.
El tercero, Wenceslao, mozárabe almiaregense, hijo la familia goda de gran notoriedad, cuyos ascendientes habían ocupado cargos muy importantes durante el reinado del Califa Abd-el-Rahman III, cuando alcanzo Córdoba su cenit de esplendor.
Su familia se había trasladado a Toletum (Toledo) y después se establecieron posteriormente en la medina de Campo de Almiareg y su antepasado fue un general que había participado a las órdenes del Califa Abd-el-Rahman III en la derrota infligida a los cristianos en Valdejunquera.
Wenceslao, desde su corta edad fue educado en la fe cristiana arriana y ordenado Presbítero ejercía su ministerio en la sede de Toletum en la Basílica de Santa Leocadia.
En este libro se desarrollan las historias de la vida real de estos tres personajes, con sus vivencias personales y ellos acudían a Campo de Almiareg en la celebración de sus fiestas religiosas y durante la estación del estío descansaban de sus tareas cotidianas unas cortas vacaciones donde se reunían en los cafés a degustar el te y a relatar en sus tertulias sus recientes hechos cotidianos.
Heithem, Yehuda y Wenceslao, hombres píos y ejemplares, fueron a lo largo de sus vidas modelos a imitar y al final de sus vidas, fueron premiados por El Todopoderoso con su destino final al Paraíso, lugar de reposo de los hombres justos y como meta deseada, que aspiran recibir aquellos que se lo merecen por sus acciones humanas.
Con este libro, he querido rendir un sencillo homenaje a estos tres personajes, que quizás existieron en cualquier tiempo y con otros nombres pero al fin seres humanos, con sus virtudes y sus miserias pero que orientaron su libre albedrío a la práctica del bien y fueron modelo de virtud y santidad para su generación y las generaciones venideras.
Fdo.: Julio Reyes Rubio “Al-Mayriti”