Aguas de
carabaña. Proceden de la
Charca de la Salina y el manantial es conocido como La Favorita Situado al pie de del cerro de Cabeza Gorda. Son sulfato cloruradas. Durante el siglo pasado tuvieron una gran fama por sus efectos purgantes, también se les atribuían propiedades rejuvenecedoras. Fueron declaradas de utilidad pública el 4 de mayo de 1928.
Son unas de las aguas madrileñas más conocidas, todavía se comercializan en
farmacias, su envasado es prácticamente artesanal y se explotan desde 1883 cuando el químico Gabriel de la
Puerta y el propietario D. Ruperto J. Chavarri iniciaron el envasado. Uno de los analistas que las examinaron fue, en 1907, Santiago Ramón y Cajal. Su caudal estimado es de 9.500 litros diarios.