Segunda esposa del cuarto Conde de Chinchón, ella se llamaba Doña Francisca Enriquez de Ribera, condesa de Chinchón y Virreyna del Perú.
Viajó con su marido a tierras peruanas y contrajo una enfermedad. Una india que tenía a su servicio la revelo el secreto del poder curativo de los polvos del quinino (la quinina).
La Virreyna en agradecimineto trajo a la india a España e introdujo en España los polvos de la quinina.