Chinchón es un municipio y localidad española del sureste de la Comunidad de
Madrid, en la comarca de Las Vegas. El término municipal tiene una superficie de 115,9 km² y cuenta con una población de 5240 habitantes (INE 2017). En 1974 su casco histórico, con una notable
plaza mayor, fue declarado Conjunto Histórico-
Artístico.
Situación
Forma parte de la comarca de Las Vegas y, en un contexto histórico-geográfico más amplio, de La Alcarria (específicamente denominada Alcarria de Chinchón y diferenciada de la Alcarria de Alcalá, ambas en la Comunidad de Madrid).1
Chinchón se encuentra en plena
cuenca del Tajo-Jarama y parte de su territorio pertenece al
Parque Regional del Sureste. Su
naturaleza está muy condicionada por la acción del hombre, que a lo largo de los siglos ha modificado el
paisaje en su provecho. Los
paisajes de Chinchón pueden diferenciarse en cuatro unidades básicas, en las que abunda la
fauna y la
flora: sotos y riberas en los fondos de
valle; escarpes en yesos; secanos y barbechos; y zonas palustres.
El emplazamiento de Chinchón entre los altos del páramo y las fértiles vegas del Tajuña tiene justificación, pues se levanta en un otero, fácil de defender de las amplias extensiones por donde discurren las
vías de comunicación tradicional. Tiene
aguas en abundancia, surgidas de los manantiales del borde del páramo, y su ubicación, justo en el borde del escalón del páramo, garantiza la umbría en
verano y el sotavento invernal
Gastronomía
En esta localidad es famoso el chinchón, una bebida alcohólica anisada con denominación de origen. Aquí es producida y embotellada.
Historia
La especial condición geográfica de la vega del Tajuña debió propiciar los asentamientos humanos desde tiempos muy antiguos. Los primeros vestigios prehistóricos se remontan al neolítico. De esta época son las múltiples
cuevas de la zona. La más conocida es la
cueva de la Mora. En el denominado Cerro del Salitral se han descubierto restos de una ciudad íbera con su correspondiente necrópolis.
En la dominación
romana Chinchón se convirtió en un
pueblo agrícola, aceptando su civilización, leyes y
costumbres (hay datos del antiguo hallazgo de una lápida sepulcral romana que en el siglo XVIII servía de dintel a una
puerta de una
casa de la plaza Mayor).
Posteriormente llegó la dominación árabe, a la cual estuvo sujeto durante tres siglos y medio. Durante dicha hegemonía árabe Chinchón perteneció al Reino o Taifa de
Toledo. Con la conquista en 1060 por Fernando I El Magno y la reconquista posterior de Alfonso VI en 1083, el pueblo quedaría fuera del dominio musulmán y vinculado al Concejo de
Segovia.
Convento de las Clarisas
Hasta 1480, momento en que se convierte en señorío concedido a los marqueses de Moya, Andrés
Cabrera y Beatriz de Bobadilla, este territorio rendía cuentas a los concejos y arzobispados de Segovia y Toledo. Este reconocimiento fue otorgado por el apoyo
militar a la causa Isabel I en su lucha por el trono de Castilla. Se le concedieron 1200 vasallos y un extenso territorio al sur de Segovia que tenía como epicentro la localidad de Chinchón. Fue entonces cuando se construyó el
castillo de Chinchón, de estilo renacentista.
En 1498 los vecinos de Chinchón se «mudaron» para hacer sus
reuniones a una casa localizada en la plaza Mayor que pertenecía a un particular. Estas reuniones en asamblea tenían el nombre de concejo abierto. Se puede observar que la plaza Mayor es irregular, como era
costumbre en la época, cuando alrededor de las
casas se guardaba el
ganado para que los ganaderos que vivían en la plaza pudieran verlo desde el
balcón sin salir de su casa.
Vista general de Chinchón
En 1520, los comuneros atacaron el castillo del vasallo de Carlos V y lo destruyeron. La reconstrucción la dirigió don Diego Fernández de Cabrera, tercer conde de Chinchón. En 1706, como consecuencia del apoyo del pueblo a la causa de Felipe V, las tropas del archiduque Carlos causaron graves destrozos en el castillo. Mientras tanto, el pueblo había ido creciendo en importancia, como testimonian los
edificios barrocos de este período, y la plaza Mayor se consolidaba como centro del poder público.
En 1638, las propiedades de la corteza de la quina fueron descubiertas por la condesa de Chinchón (esposa del virrey Luis Jeronimo Fernández de Cabrera) en el
Perú, cuando observó que los nativos la empleaban para tratar las fiebres, pero las referencias a las propiedades curativas de la quinina y su exportación habían comenzado tiempo atrás con los misioneros jesuitas. El nombre científico cinchona se refiere directamente a la condesa (Linneo transcribió el sonido español 'chi' a la manera italiana: 'ci', lo cual era frecuente en la época).
En 1738, el condado pasó, por
compra, a manos del infante Felipe de Borbón y Farnesio, y un año más tarde se le otorgó a la Villa el título de Muy Noble y Muy Leal en reconocimiento a su fidelidad en la guerra de Sucesión dado que se le acogió en una de las casas solariegas, conocida como La Casa de la Cadena y se le aclamó como rey.
La constante adhesión a la Monarquía por parte de la Villa y su desarrollo agrícola se verían recompensados en el siglo XX por el rey Alfonso XIII, que en 1916 concede a Chinchón el título de ciudad, y diez años más tarde el tratamiento de Excelencia a su
ayuntamiento.
En 1974 Chinchón fue declarado Conjunto Histórico-Artístico. En la actualidad la localidad forma parte de la asociación Los
pueblos más bonitos de
España, convirtiéndose en única localidad de la Comunidad de Madrid de la asociación
La plaza Mayor de Chinchón es un ejemplo de
arquitectura popular. Las primeras casas con
soportales y
balcones se construyeron en el siglo xv, y quedó totalmente cerrada en el siglo xvii.
Tiene una forma irregular y una estructura sencilla, clara, ordenada y jerarquizada. Los edificios son de tres plantas, con galerías adinteladas y 234 balcones de madera denominados claros, sustentados por pies derechos con zapatas.
Desde su construcción, la plaza ha albergado numerosas actividades:
fiestas reales, proclamaciones,
corral de comedias,
juegos de cañas, corridas de
toros, ejecuciones, autos sacramentales, actos religiosos, políticos y
militares, además de servir como plató de
cine (por ejemplo, en la escena taurina de la película La vuelta al mundo en 80 días, espectáculo circense en El fabuloso mundo del
circo).
En 1992 se convocó un referéndum sobre la cuestión de recuperar el
color azul que lucía la plaza en el siglo xvii, propuesta por el arquitecto Salvador Pérez Arroyo. Los chinchoneses se acercaron al Ayuntamiento para votar en un referéndum informal en el que el color verde triunfó, ya que era el color que desde siempre los habitantes habían conocido.